CEDLA: Actores privados ocultos tras cooperativas se llevan la mayor parte del oro boliviano

CEDLA: Actores privados ocultos tras cooperativas se llevan la mayor parte del oro boliviano

Fotografía de portada: Manuel Seoane

La mayor parte del valor del oro extraído en suelo boliviano se la llevan privados que se esconden tras cooperativas mineras para evadir impuestos y obtener millones de dólares fuera de registro, de acuerdo a entendidos en la materia que expusieron sus hallazgos en el evento «Expansión Minera en la Amazonía», realizado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), en San Buenaventura, La Paz, el 11 de noviembre.

Algunos indígenas y habitantes de esta región del país rechazan la minería y afirman que están desprotegidos frente a grandes intereses económicos que cuentan con el respaldo del gobierno boliviano. “No existen autoridades que luchen por nosotros. Estamos abandonados, pero aún así no vamos a permitir que nos sigan dañando”, declaró Paola Guerra, habitante de Ixiamas y representante de la Plataforma en Defensa de las Áreas Protegidas.

Pese a que la ley lo prohíbe, las cooperativas mineras realizan “contratos de prestación de servicios” en los que se establece que los privados (nacionales o extranjeros) harán la inversión a cambio de un 70 u 80% del valor del oro extraído. “El grueso del valor del oro se lo está llevando el inversionista, no todo se queda con las cooperativas”, apuntó el investigador del CEDLA, Alfredo Zaconeta.

Reportó que el 2022 se exportaron más de $us 3.000 millones en oro, y se puede estimar que más del 70% de ese valor fue a parar a los bolsillos de privados gracias a estos “contratos” que vulneran la norma y enajenan el oro boliviano en muchos casos a favor de empresas foráneas. “Seguimos siendo víctimas del abuso y el saqueo”, declaró.

Imágen de dron del campamento y la empresa minera que opera en la playa de Incahuara, sobre el río Kaka. Foto: Manuel Seoane.

Pero además hay otra forma en la que los privados se enriquecen con los recursos naturales de Bolivia de forma ilícita. Datos difundidos por el CEDLA demuestra que actores particulares tienen registradas más áreas de explotación que las cooperativas; lo extraño es que el 99,6% del oro que se produce en el país figura como si hubiera sido extraído por cooperativas. Es decir que los capitales privados comercializan su producto como si fueran cooperativas para eludir así las cargas impositivas y los derechos laborales que deberían cumplir con el país y sus dependientes. 

En 2015, por ejemplo, las cooperativas tenían el 53% de las consesiones auríferas en la Amazonía Norte, y las privadas el restante 47%. Aún así las cooperativas producían en los registros el 99% del oro y los privados sólo un 1%; esto pese a que la diferencia en tenencia de concesiones no eran tan grande. La información fue difundida por el CEDLA con datos de la AJAM.

Lo que ocurrió el 2021 fue aún más alarmante y evidenció esta evasión de obligaciones por parte de actores privados. Para ese año las cooperativas tenían sólo el 20% de las concesiones y producían el 94% del oro en el país; mientras que los privados tenían el 80% y producían un 6%. Para el 2023 la incongruencia podría ser aún mayor según los datos disponibles (ver infografía).

“Los cooperativistas dicen que no se asocian con extranjeros, pero tienen estos contratos de servicios y los extranjeros se llevan hasta el 80% del valor y dejan el resto para el titular, que espera su cuota en la hamaca, pero no en las áreas de operación”, añadió la periodista experta en temas mineros Jimena Mercado.

Impacto ambiental

Galín Tola, vestido con polera verde, encorvado y piel bronceada por el sol rompió en llanto al narrar lo que ocurrió con Teoponte una vez que los mineros extrajeron todo el oro que pudieron de esta población.

“Sacaron como para hacer una carretera de oro desde Teoponte hasta Caranavi o hasta La Paz, ¿pero qué queda ahora? El camino es de tierra. No tenemos agua. Del destrozo que han dejado las cooperativas algo está sacando la Alcaldía para nosotros. Había cines, había un hospital donde hacían hasta operaciones…”, se detuvo Tola incapaz de proseguir.

Galín Tola, poblador de Teoponte, afirma que la minería sólo dejó despojos en su pueblo. Foto: Sergio Mendoza

Los pobladores del norte de La Paz que asistieron al evento del CEDLA mostraron su preocupación de que la realidad de municipios ultrajados y abandonados por la actividad minera, como Teoponte, se repita con sus municipios y comunidades en la Amazonía.

“Los mineros vienen y te prometen mejor calidad de vida, trabajo, educación, salud, nos quieren meter el dedo a la boca, esa es la realidad, y lo peor es que algunos caen”, declaró Paula Guerra, de Ixiamas.

“Nosotros necesitamos peces, plantas, árboles, sin eso nos morimos. Los mineros prometen cosas que no existen, lo que sí existe es hambre, tristeza y desolación. Y no existen autoridades que luchen por nosotros, estamos abandonados”, añadió.

Paula Guerra, pobladora de Ixiamas y exsubgobernadora de la provincia Abel Iturralde. Foto: Sergio Mendoza

El modo de vida de comunidades indígenas en esta región es drásticamente afectado por la contaminación de la minería. Mujeres y niños están intoxicados con el mercurio que ha llegado a su alimento: los peces de río. Los pescadores de San Buenaventura evitan vender paiche, por ser el pez más contaminado con este veneno, dijo Carla Uzquiano, presidente de la Asociación de Pescadores y Agropecuarios Los Multiétnicos de San Buenaventura.

“Tenemos que pararnos fuerte y decir no a la minería. Pido que puedan ser portavoces de nosotros que estamos clamando por una vida sana”, manifestó.

Carla Uzquiano, presidente de la Asociación de Pescadores de San Buenaventura. Foto: Sergio Mendoza

Loayza habla de «los 8 mitos de la minería»

El director adjunto del Programa de Conservación del Paisaje del Gran Madidi-Tambopata, de Wild Conservation Society (WCS), Óscar Loayza, detalló ocho mitos de la minería que exponemos a continuación:

  1. Genera fuentes de empleo. En realidad, si no eres socio de la cooperativa, los empleos son precarios, insalubres y riesgosos.
  2. Genera recursos económicos para el país. En realidad, menos de un 2,5% del valor del oro llega en regalías. El monto no cubre siquiera lo que el Estado gasta en diésel subvencionado.
  3. En el cooperativismo todos son iguales y cooperan para el beneficio común. Pero muchas cooperativas son fachadas para que personas privadas evadan impuestos y obligaciones laborales.
  4. Se genera desarrollo en la localidad. Pero los pueblos abandonados por la minería han quedado peor de lo que estaban.
  5. La minería cooperativista es a pequeña escala. La verdad es que muchas de ellas operan con grandes capitales y maquinaria que genera un enorme impacto ambiental. La minería a pequeña escala y tradicional se practica generalmente por comunarios de forma aislada y particular.
  6. Genera más beneficios que daños. En realidad, el beneficio va a un sector reducido que se enriquece con la minería. El daño es generalizado y afecta incluso a quienes no practican minería; por ejemplo a quienes se dedican al turismo o que basan su dieta en el consumo de pescado.
  7. La minería trae bienestar a la población. Se ha visto que en los pueblos donde se la practica intensivamente crece el alcoholismo, la prostitución, y la delincuencia.
  8. No hay alternativa al uso de mercurio. En realidad, existen tecnologías más limpias y eficientes, como la gravimetría, que tiene una tasa de recuperación del oro más alta que la que da el mercurio.

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