Investigadora rastrea origen de jaguares traficados a través de muestras de genes

Investigadora rastrea origen de jaguares traficados a través de muestras de genes

¿De qué sirve conocer el origen de jaguares que ya están muertos y cuyas partes del cuerpo fueron traficadas, vendidas y revendidas? Para la investigadora Paola Nogales Ascarrunz es muy importante. Al conocer de dónde proviene un ejemplar se puede determinar las rutas que siguen los cazadores y traficantes y, posteriormente, usar esa información para la prevención.

Amante de los gatos y apasionada por los jaguares, Nogales conversó con La Nube sobre cómo aplicó técnicas y conocimientos de bioinformática para rastrear el origen de jaguares cuyos restos fue recolectando de diversas partes de Bolivia. Pero, para obtener esas muestras tuvo que exponerse a situaciones riesgosas y a escenas tristes.

A veces le tocó encontrar fragmentos de cuero en el campo y en otras ocasiones tuvo en frente un cráneo descolmillado. En una oportunidad la llevaron en moto hasta una estancia en la que yacía el cuerpo de un jaguar sobre una mesa. Luego, ese mismo día, encontró unas patas cortadas, con sus almohadillas aún suaves, enterradas en el suelo; quizá fue lo más difícil que le tocó afrontar. Pero su búsqueda es incansable y a prueba de obstáculos. Al ver el brillo en sus ojos mientras habla de este tema se puede descifrar la pasión que tiene por buscar soluciones.

Bióloga de formación, en la actualidad Nogales es investigadora asociada del Museo Nacional de Historia Natural de Bolivia, institución bajo tuición del Ministerio de Medio Ambiente y Agua. Entre 2021 y 2022 hizo una maestría en Genómica en Inglaterra.

Fotos: cortesía Paola Nogales.

Recientemente, con su propuesta sobre el rastreo del origen de jaguares traficados, Nogales ganó en La Paz el concurso Falling Walls Lab (derribando muros) de la Fundación Falling Walls que cuenta con el apoyo del Ministerio Federal de Educación e Investigación de Alemania. Por ese reconocimiento, Nogales visitará Alemania en noviembre de 2023 como representante de Bolivia en el Falling Walls internacional.

“La competencia internacional Falling Walls es un evento científico anual en Berlín, Alemania, que se lleva a cabo del 07 al 09 de noviembre, coincidiendo con el aniversario de la caída del Muro de Berlín en 1989. Su objetivo es promover ideas excepcionales y conexiones interdisciplinarias entre académicos, empresarios y profesionales de todos los campos a nivel mundial, derrumbando muros para la construcción de un mundo mejor”, según una publicación de la Cámara Boliviano-Alemana.

Una vida por los gatos

“Cuando era pequeña me gustaban los gatos monteses porque en el zoológico había uno. Por eso decidí estudiar biología, para estudiar a los gatos, simplemente felinos, solamente felinos. Y ya para mi tesis de licenciatura tuve la oportunidad de trabajar con el jaguar (félido)”, recuerda Nogales. Ahora, cada día al llegar a casa, la esperan sus dos mascotas, sí, dos gatos: Bartolomiau y Chelsea. “Para reñirle es más fácil Bart”, bromea.

Chelsea (izq.) y Bartolomiau. Fotos: Paola Nogales.

El aporte de Nogales se divide en dos etapas. La primera, crear la base de datos, por regiones, de lugares de origen de los jaguares en Bolivia a partir de muestras con las que trabajó durante algunos años. La segunda, utilizar muestras que le fueron facilitadas para analizarlas y detectar el origen de jaguares traficados a partir de su base de datos inicial.

A principios de este año procesó 10 muestras con un resultado revelador: todas provenían de Beni. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza, se estima que quedan entre 64.000 y 170.000 jaguares en el mundo, y menos de 10.000 en Bolivia.

“El 2022 ya teníamos identificadas las poblaciones genéticas de jaguares. A inicios de 2023 se ha analizado las partes traficadas que no sabíamos de dónde venían. De los cráneos que llegaron al museo he extraído el ADN y he mapeado de dónde venían. Cuando conoces la genética de cada población, su huella digital, lo comparas de dónde se parece más”, explica.

El salto de la investigación genética a la genómica

Cuando esta investigadora paceña estaba realizando su tesis de licenciatura viajaba bastante al municipio de Ixiamas en el norte de La Paz. Le interesaba conocer más sobre el fenómeno de ataque de jaguares a ganado, principalmente vacuno. Para ello tuvo contacto con diferentes dueños de estancias ganaderas y de gente que mataba a los jaguares, según sus versiones, en defensa de sus propiedades y de sus animales.

“Tenían las pieles de los jaguares. A uno de ellos le pedí un pedacito para ver si podía extraer DNA y el ganadero me dijo ‘llévese el cuero y aquí está la cabeza sin colmillos’. Entonces, la deposité en el museo, fue mi primera colecta de una piel. De ahí probé si se podía extraer DNA y si era de buena calidad y sí. De ahí, no he perdido ninguna oportunidad de colectar pedacitos; la gente que había matado un jaguar te decía dónde lo había matado”.

Paola Nogales Ascarrunz, investigadora.

En sus clases de genética, había aprendido que es posible identificar a qué población pertenece un animal a partir de una muestra de genética. “Ahí empezó también mi interés por la genética, no sabía extraer DNA ni tenía esas habilidades”. Tras varios años de ir colectando muestras manualmente y de darse cuenta que para armar su base de datos debería tener mucho material, se dio cuenta que el camino era otro, el de la genómica.

Con genética se necesitaban mínimo 30 muestras por localidad por la fuerza estadística que tiene. No tienes tanta certeza con unas cuantas muestras. Necesitaríamos 30 jaguares de La Paz, 30 de Pando, 30 de Beni, 30 de Santa Cruz, 30 de Tarija, 30 Chuquisaca… imposible”, relata.

Foto: cortesía Paola Nogales.

Según el National Human Genome Research Institute de Estados Unidos, la genómica se refiere al estudio del genoma completo, de todos los genes que se encuentran en un organismo, en contraste con la genética, la cual estudia genes de forma individuales. Entonces, un investigador del genoma, estudia el ADN completo, toda la secuencia en un organismo.

“El 2019 fui a un taller de genética de la conservación en Brasil. Ahí aprendí que si tú estudiabas todos los genes no necesitabas tantas muestras, porque el poder estadístico lo tenías en la cantidad de genes. Entonces, con tener cuatro o cinco muestras del lugar, con la genómica, como tienes más genes, necesitas menos muestras”, continúa.

Nogales calcula que en Bolivia hay aproximadamente 900 muestras decomisadas de 900 jaguares que fueron traficados por partes. Una de sus metas es identificar el origen de todos esos animales, de qué departamento fueron secuestrados.

“Me gustaría que los jaguares ganen algo de esto, que se cumplan las leyes, que los traficantes tengan más trabas para salir impunes (…) Me interesaría analizar las cerca de 900 muestras que tenemos para poder identificar focos de tráfico y también responder a la pregunta de si todas las muestras son de Bolivia. Si una muestra no corresponde a nuestro set genético, no es de Bolivia; (eso mostraría) que somos un centro de tráfico”, finaliza.

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