Mamás en pandemia: señas, mudanzas y multitareas

Mamás en pandemia: señas, mudanzas y multitareas

“No me preguntas cómo lo hice, pero lo hice. En tres semanas preparé todo para irme. Vendí todo, hasta el último calcetín, y salí de La Paz. Me fui a Cochabamba, donde me esperaba un trabajo con mejor remuneración. Es por ellas que me fui, merecen un futuro mejor”, cuenta Andrea Altamirano, una madre soltera de 33 años, paceña, que en plena pandemia se mudó de ciudad junto a sus hijas de seis y 12 años.

Ella recuerda cómo, en medio de su traslado y tanto afán, acompañaba a sus hijas en sus clases virtuales.  Andrea, como muchas otras madres, cumple un rol multitareas: trabajar en línea, atender a los hijos, cocinar, atender las labores de casa.

“¿Sabes?, llega un punto en que quieres soltar todo y escapar; pero cuando miro sus caritas, cuando me abrazan y me dicen ‘mami, te amo’. Exploto de emoción, tengo más fuerzas para ponerme el barbijo, usar mi gel y salir a trabajar. ¿Qué no hace una madre?”.

Comunicarse en silencio, con los ojos y las manos

Antonia Chacón, de 44 años, tiene un pequeño local de comida en la zona de Miraflores. Recuerda muy bien el día en que el Gobierno de Jeanine Añez decretó la cuarentena total ante el avance de la Covid-19 en el país, a fines de marzo del 2020. Ella se encontraba en la calle comprando alimentos para el almuerzo, cuando oyó la noticia. “No entendía nada. Sabía que en China la gente se estaba muriendo, pero no creí que eso llegaría a nuestro país”.

Para ella fue como recibir un balde de agua fría. ¿Qué pasaría con su trabajo con el cual mantenía a sus hijos?

Ella tiene tres, una adolescente de 16 años y dos hijos de 13 y nueve. El menor, el de nueve, tiene una discapacidad auditiva y solía asistir al Centro de Educación Especial Huáscar Cajías. Antonia también es madre soltera, el padre se marchó hace varios años.

“Es difícil se madre de tres y que uno de mis hijos no pueda comunicarse ni vivir la vida con facilidad. Cuando me enteré de su discapacidad me pregunté: ¿qué iba a hacer? Pero aprendí a comunicarme con señas, hemos vencido los obstáculos. Cuando llegó la cuarentena rígida me hice la misma pregunta (se ríe). Ha sido terrible estar encerrados. No tenía ni internet”, cuenta.

Aun así, Antonia tuvo que lidiar con las clases virtuales comprando tarjetas de recarga para el celular, ayudar a sus hijos con sus tareas, cocinar y hacerse cargo del local de comida que atendía. Ella explica que los ojos y las manos son los medios de comunicación con su hijo menor. “Aquí, mientras yo preparo las hamburguesas, mi hijo menor hace sus tareas. Me charla harto, claro, con señas”, menciona con los ojos humedecidos y una sonrisa.

Tenía que atender los pedidos. Mi hija cocinaba, pero también debía pasar clases y se cruzaban los horarios. Mi hijo, el del medio, le ayudaba al menor. Hacían juntos sus tareas, pero no acababan, mucho les daban.

Antonia Chacón
Madres primerizas durante crisis sanitaria

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) señaló que alrededor de 116 millones de personas nacerán bajo la sombra de la pandemia de la Covid-19. Las nuevas madres y los recién nacidos se preparan para una vida y un mundo distinto. En algunos casos, el virus ha transformado la maternidad.

“Cuando supe que iba a ser madre mi corazón saltó de emoción. La vida me había premiado con un regalo divino”, cuenta Paola Loza, madre de un niño a sus 27 años. Ella y su esposo agradecen a la vida el ser padres por primera vez. “Cada día he agradecido al universo el tener un bebé al que cuidar durante la pandemia, una razón para mantener una rutina, cuidarlo a él y cuidarme a mí”.

Paola es diseñadora gráfica y aprovecha los momentos de siesta de su hijo para trabajar desde su portátil. La pandemia y un primer hijo le cambiaron la vida de golpe, aún así ella ha sabido sobrellevar la situación.

La pandemia y la maternidad se parecen mucho en eso, son tiempos vividos al margen de lo que nos dicta la sociedad y el sistema agresivo en el que vivimos.

Paola Loza

“Mi sueño fue convertirme en madre y lo he logrado. Creo que este año es el primero de muchos cambios en la vida de muchas mamás, y aunque estamos viviendo una situación cruel nada cambia la felicidad de una mujer cuando ve por primera vez su hijo y sabe que haría todo por su felicidad, ese sentimiento no te lo cambia ni siquiera una pandemia”, asegura  Paola.

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