Cómo un proyecto en Bolivia salva miles de abejas nativas de la extinción

Cómo un proyecto en Bolivia salva miles de abejas nativas de la extinción

Nacieron con el aguijón atrofiado, pero desarrollaron otro método para defenderse, una poderosa mordida con mandíbulas que se asemejan a «pinzas» filosas que hacen correr a quien ose en amenazarlas, así son las abejas nativas bolivianas, las cuales son desplazadas año tras año por la actividad humana que avanza destruyendo todo a su paso.

Sin embargo, un grupo de voluntarios surgió cual si fuera un héroe en las tinieblas para rescatarlas y darles un aire de vida en un santuario de abejas denominado Ecoparque Las Orquídeas, que está ubicado en un «rinconcito» de Los Yungas en el departamento de La Paz.

Las abejas nativas bolivianas casi siempre son confundidas con moscas o mosquitos por su color y tamaño, algunas son negras, otras son cafés, son de 3 milímetros o de dos centímetros o más. No todas las mieles que elaboran son consumibles y dulces, en algunos casos su producto es tóxico o alucinógeno porque obtuvieron la materia prima de una planta de ese tipo.

Abejas nativas sin aguijón. Foto: Yenny Escalante

El ser humano ha ingresado a los parques y reservas nacionales con asentamientos legales e ilegales, con actividades de agricultura y extracción minera, lo que ha generado -sobre todo con las dos últimas- una contaminación importante en el hábitat de los animales, ya que liberan una gran cantidad de químicos tóxicos que ponen en peligro de extinción a cientos de especies, entre ellas las abejas sin aguijón.

Los técnicos de este Ecoparque explican que los productores usan muchos pesticidas y agroquímicos que caen en las plantas y que luego, a través del polen y néctar, son consumidas por las abejas, y aquello daña su sistema nervioso y la desubica impidiéndoles volver a su hogar. “Si bien (la abeja) no muere al instante, ésta muere como un mendigo en campo, sin alimento, fuera de su colmena”, refiere la técnica Patty Poma, quien es ingeniera agrónoma y voluntaria del refugio.

Por otro lado, los mismos locatarios se han convertido en amenazas constantes para las abejas, ya que las temen o porque requieren el espacio para una construcción o actividad.

O, simplemente, por el hecho de sembrar plantas que no son de la región, porque éstas generan un desequilibrio a ese ecosistema, pues dicha fauna atraerá abejas extranjeras, como las Apismellíferas, las cuales llegarán con sus propios parásitos y enfermedades y afectarán a las nativas porque son más propensas a morir.

«Los Yungas se está secando y eso se nota porque las abejas están desapareciendo o se están desplazando, porque ellas buscan humedad para vivir», refiere Cinthia Callisaya, quien es zootecnista voluntaria del Ecorefugio.

Hotel de Abejas. Foto: Yenny Escalante

Ecoparque al rescate

Frente a esta situación, surge la organización sin fines de lucro Ecorefugio de Abejas Nativas sin Aguijón, la cual busca salvar a las distintas especies de abejas que habitan en el parque nacional de Cotapata.

«Nosotros vamos a rescatar diferentes colmenas y especies de abejas para darles una nueva oportunidad en el Ecorefugio de Abejas Nativas. Las comunidades nos avisan o algún comunario al que ya le ha atacado la abeja nos avisa para que nosotros vayamos a hacer el rescate, que no se realiza en una o dos horas, sino ocupa toda una media jornada», explica el responsable de Turismo del Ecorefugio Las Orquídeas, Américo Trujillo.

Entre las distintas especies de abejas que habitan en el Santuario de Abejas está la Señorita Negra, Señorita Amarilla, Limoncito, Angelita y otras.

Hasta el momento ya salvaron a 14 especies de abejas nativas, las cuales viven en el Ecoparque Las Orquídeas, ubicado en Los Yungas, en proximidad a la comunidad de Yolosita, en el departamento de La Paz.

Construyen «casitas» y «hoteles» para abejas para que éstas las usen como refugio y generen miel, pero ésta no es vendida debido a que la cantidad producida es mínima. Sin embargo, para mantener este espacio, los voluntarios cosechan miel de la típica abeja europea Apismellífera, la cual es comercializada en cantidades moderadas.

Este trabajo fue realizado en el marco del taller de periodismo de soluciones organizado por la Fundación para el Periodismo con el apoyo de la National Endowment for Democracy (NED).

Las abejas sin aguijón viven en los lugares cálidos de Bolivia, sin embargo, se ven amenazadas constantemente por la actividad humana.
Miel de abeja europea Apis mellifera. Foto: Yenny Escalante

Apoya al periodismo independiente

El periodismo independiente en Bolivia es hoy más necesario que nunca. La Nube reporta las principales noticias ambientales e investiga casos de abuso de poder, corrupción y otras malas prácticas que deben ser expuestas. Por seguir haciendo este trabajo y no detenernos pedimos tu apoyo. Puedes hacerlo aquí

Si te gustó este contenido compártelo en:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *