Nota de prensa de la Embajada del Reino Unido en Bolivia.
La ciudad de El Alto fue escenario de una celebración sin precedentes: el King’s Birthday Party (KBP) 2024, en honor al cumpleaños número 76 de Su Majestad el Rey Carlos III. Por primera vez desde 1899, esta emblemática fiesta nacional del Reino Unido se realizó fuera de la ciudad de La Paz.
El evento tuvo como eje principal la amistad entre Bolivia y el Reino Unido, toda vez que en 2025 se celebrarán 185 años de relaciones diplomáticas entre ambos países. Así lo destacó el embajador Richard Porter en su discurso inaugural:
“Estamos muy agradecidos con la ciudad de El Alto por darnos la bienvenida, y con las autoridades locales por ayudarnos en la organización de este evento en el cual celebramos la amistad entre Reino Unido y Bolivia”, manifestó.
La jornada comenzó con la llegada de los invitados al teleférico amarillo en El Alto, donde la atmósfera festiva ya se hacía sentir, para posteriormente ser transportados en un bus de dos pisos estilo londinense hasta el salón del evento.
Una danza tradicional boliviana presentada por el Ballet Municipal de El Alto marcó el inicio de la celebración, seguida de un video que permitió repasar el pasado y presente de las relaciones entre el Reino Unido y Bolivia.
Entre los momentos más significativos de la Fiesta Nacional se destacaron la presentación de una “mesa tradicional” virtual para el buen augurio de las relaciones británico – bolivianas futuras y el lanzamiento de un nuevo cóctel conmemorativo denominado “Quina King”.
El embajador Porter aprovechó la ocasión para subrayar la relevancia histórica de esta celebración: “Estamos reunidos acá para celebrar la inauguración del año en el que se conmemora el bicentenario de Bolivia y los 185 años de representación diplomática británica en este país».
El KBP 2024 se llevó a cabo con gran éxito y permitió reafirmar los lazos culturales y diplomáticos entre ambos países. Cerca de 600 invitados y la presencia de importantes autoridades gubernamentales y personalidades diplomáticas y de la sociedad civil así lo atestiguaron. El Alto, con su energía, mística y simbolismo únicos, fue la sede perfecta para proyectar la relación entre ambos países hacia el futuro.
