Tres empresas chinas con contratos en Bolivia tienen antecedentes de sobornos y corrupción en otros países

Tres empresas chinas con contratos en Bolivia tienen antecedentes de sobornos y corrupción en otros países

Foto de portada: Obreros que trabajan en la carretera San Borja – San Ignacio de Moxos. Foto: CCCC.

El sábado 4 de enero de 2014, Zhongren Bai, presidente de la empresa estatal China Railway Group Limited (CRGL), fue hallado muerto. Cinco meses después, el 24 de junio, sucedió lo mismo con el presidente de la empresa china de cobre Tongling Nonferrous Metals, Jianghong Wei. Mientras que el 18 de agosto de 2018 se dio a conocer que el presidente de la empresa China Railway Construction Corporation (CRCC) y expresidente de la China Communications Construction Company (CCCC), Fenjian Chen, también había fallecido. Todo ocurrió en China.

Desde su oficina de comunicación, la CRGL estableció que lo de Bai fue un accidente, pero medios chinos informaron que se trató de un suicido debido a las deudas de la empresa. En el caso de Wei, las noticias indican que se suicidó saltando de un edificio “debido al estrés relacionado con el trabajo”. Sobre Chen, se informó que había muerto luego de caer de un edificio en Beijing.

Estas acciones tienen un común denominador según diferentes análisis y artículos publicados al respecto: buscar una salida al verse acorralados por acciones de corrupción. “La muerte de Wei se produce después de una serie de presuntos suicidios de alto perfil de ejecutivos de grandes empresas estatales desde que el presidente Xi Jinping lanzó una campaña contra la corrupción el año pasado (2013)”, reportó Reuters en su momento.

Subsidiarias en Bolivia

La CCCC, una de las empresas estatales más grandes de China, es la casa matriz de la CHEC sucursal Bolivia y de la CCCC Second Highway Engineering Company. Ambas empresas consiguieron contratos en los últimos años en el país; por ejemplo, se adjudicaron la construcción de la carretera San Ignacio de Moxos – San Borja, en Beni. También, la CRCC es la central de su subsidiaria en Bolivia del mismo nombre y siglas. Actualmente, y desde fines de 2015, la CRCC sucursal Bolivia está a cargo de la construcción de la carretera Rurrenabaque – Riberalta.

El 29 de agosto de 2022, el diputado oficialista Héctor Arce Rodríguez presentó una denuncia ante la Fiscalía por “graves delitos de corrupción con afectación patrimonial al Estado” en la adjudicación de la doble vía Sucre – Yamparaez a la empresa CHEC sucursal Bolivia por parte de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) Regional Chuquisaca.

Inauguración de la construcción de la doble vía Sucre – Yamparaez. Foto: ABI.

En ese caso se denunció el pacto de una coima entre el representante de la CHEC, Zhengyuan Jin, y funcionarios de la ABC. Además, se identificó que una persona era, según la denuncia de Arce, parte del esquema al emitir/vender facturas y cobrar los tres cheques que, supuestamente, estaban destinados al soborno.

En adelante, el caso se conoció en la opinión pública como Coimas – ABC y tuvo una resolución de sobreseimiento el 22 de mayo de 2023. Es decir, la Fiscalía de Chuquisaca liberó de culpa a los acusados.

(Si quieres saber más de estas empresas y del caso Coimas – ABC lee el reportaje Cheques Made in China)

Lista negra e investigaciones

En 2009, el Banco Mundial prohibió que la CCCC participe en licitaciones de proyectos financiados por ese ente y la incluyó en una lista negra. Eso debido a presuntas prácticas fraudulentas en el proceso de licitación de una carretera en Filipinas.

En Sri Lanka se inició una investigación en 2015 en contra de la CHEC porque se la acusó de haber puesto dinero para financiar la campaña presidencial de uno de los candidatos. En Bangladesh, la CHEC fue incluida en una lista negra por una denuncia de soborno para ganar un contrato de una carretera en 2018. Siete años antes, en 2011, la justicia de ese país sentenció a seis años de prisión a uno de los hijos de un exprimer Ministro por supuestamente haber aceptado un soborno de la CHEC y de la alemana Siemens, según un recuento del medio Asia Sentinel.

De acuerdo con el Índice de Pagadores de Sobornos (BPI, sus siglas en inglés) de Transparencia Internacional, en 2006 China se ubicaba en el puesto 29, de un total de 30 países. El BPI es una clasificación de los principales países exportadores “según la propensión de las empresas con sede dentro de sus fronteras a sobornar cuando operan en el extranjero”. Según esos estándares, las empresas de los países ubicados en los últimos sitiales son las más propensas a ese tipo de prácticas.

En el BPI de 2008, la cantidad de países con empresas evaluadas se redujo a 22 y China ocupó el puesto 21. Mientras que en 2011, último año en que se elaboró esa lista, China se ubicó en el lugar 27 de 28.

Uno de los trasfondos de este tipo de prácticas y comportamientos a nivel cultural fue explicado por el analista Joe Zhang en 2015, dos años después de la puesta en marcha de un campaña anticorrupción en China. En el artículo “Un cuento de advertencia sobre las aguas turbias de los negocios chinos”, Zhang cuenta que existe un dicho relacionado a la transparencia limitada o nula:

“Cuando la campaña anticorrupción comenzó a desplegarse, partes del mundo empresarial parecían preocupadas, principalmente por un efecto negativo en la salud de la economía. Invocaron el viejo dicho ‘si el agua está demasiado limpia, no podrás pescar ningún pez’; o, para decirlo de otra manera, las criaturas sobrevivirán solo en aguas turbias”.

Investigar al MAS y a empresas chinas

Para la diputada Luisa Nayar (CC), el primer paso para evitar irregularidades en contratos con firmas chinas es conformar una comisión especial en la Asamblea Legislativa Plurinacional para investigarlas e indagar sus vínculos con diferentes actores en Bolivia. Mientras que el senador Luis Adolfo Flores, del MAS, afirma que el foco de la fiscalización, no solo a empresas chinas, debe ser desde el proceso de adjudicación previo a la firma de contratos.

En tanto que Freddy Bersatti Tudela, exsenador y exgeneral del Ejército de Bolivia, ya había dado una voz de alerta sobre las prácticas de empresas chinas en el país un par de años antes de que estallase el caso Coimas – ABC.

El neocoloniaje chino fomenta el soborno y la corrupción de los líderes de todos los países donde ya mantiene su dominio imperial, lo ha realizado con los gobernantes del MAS y lo continuará haciendo, con los nuevos gobiernos independientemente de sus identidades políticas”, escribió Bersatti en su libro Los 4 del poder oscuro del entorno. Proceso de Cambio secuestrado. Una visión crítica desde el interior del MAS (2020).

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