Con una botella repleta de pilas usadas en mis manos, me enfrenté a un dilema que seguramente muchos en La Paz han experimentado. La falta de un lugar para depositarlas. Antes solía haber puntos de acopio en bancos, farmacias y edificios con grandes botellones. Sin embargo, con el pasar del tiempo han desaparecido.
Al contar con elementos altamente tóxicos como mercurio, cadmio, litio y plomo las pilas representan una amenaza para la salud y el ambiente. Tan sólo una pila de botón puede contaminar hasta 600 mil litros de agua, equivalente al de una piscina. Por ello deben ser especialmente tratados.
Lastimosamente, La Paz no ofrece una solución a esta problemática. Las dos celdas especiales ubicadas en el relleno sanitario de Sak’a Churu, en el Distrito 6 de Alpacoma, se llenaron por lo que fueron cerradas y rellenas de cemento. Esta medida no apunta a un tratamiento, sino a encapsular las pilas para evitar la liberación de líquidos tóxicos, informó el director de Prevención y Control Ambiental de la Secretaría Municipal de Gestión Ambiental, Marco Antonio Martínez Uriarte.
Lo ideal es llevar las pilas usadas a una planta de reciclaje para separar el mercurio de los otros metales y el resto de materiales para que los últimos sean recuperados, sin embargo, en Bolivia esta tecnología no existe.
La necesidad de emprendimientos que reutilicen pilas como materia prima se vuelve crucial en un panorama donde las autoridades nacionales, departamentales y municipales no han trabajado de manera conjunta para forjar una estrategia a largo plazo y abordar efectivamente la gestión de las pilas usadas.
En la búsqueda de dar soluciones a este problema, la gestión municipal anterior se contactó con proyectos mineros que podrían aprovechar y reinsertar este material a un circuito económico, informó la especialista en gestión de residuos y excoordinadora del Programa Municipal de Gestión Integral de Residuos del municipio de La Paz, Farina Flores. “Pero se requería mucha tecnología y era muy alto el presupuesto ante la baja demanda para cubrir el retorno”.
“Se deberían implementan políticas para la disminución del uso de pilas mediante enfoques de reducción. (…) Lamentablemente, todos pensamos que la Gestión Integral de Residuos es reciclar, sin embargo siempre hay que pensar en reducir, que puede ser una buena política”, sugirió Flores.
Ante este vacío de alternativas, las autoridades ediles actuales de La Paz buscaron asesoramiento de expertos colombianos con experiencia en el tratamiento de pilas, informó Martínez. A pesar de la existencia de dos industrias capaces de gestionar este material, existen restricciones legales por parte de este país, que impiden la posibilidad de llevar las pilas a Colombia para su tratamiento.
Martínez agregó que países como Alemania cuentan con capacidades de tratamiento, pero el proceso involucra la acumulación de pilas en un container que debe ser exportado a través de España. Sin embargo, las limitaciones regulatorias bolivianas dificultan la implementación de esta solución. “Esta no es tuición municipal, sino del gobierno departamental y central, así como de otras instancias que trabajan con exportación quienes tienen que marcar un lineamiento para enviar estos recursos”, agregó la autoridad edil.
Entre otras alternativas presentadas a la Alcaldía de La Paz, está la propuesta de elaborar ecoladrillos con pilas. Esta opción no obtuvo la aprobación correspondiente, debido a que es imperativo contar con una trazabilidad precisa que garantice el adecuado proceso de inertización de los componentes de las pilas.
El responsable de la Dirección de Residuos Sólidos de la Gobernación de La Paz, Jhonny Zapana, aseguró que hasta la fecha, el Gobierno Departamental aún no ha dado prioridad a la gestión de pilas debido a la ausencia de un diagnóstico: “No tenemos a mano una línea base para tener conocimiento de los volúmenes y cantidades que se ingresa a nivel departamental”.
Asimismo, indicó que la Gobernación se comunicó con una entidad operadora llamada Codessi, que se especializa en el tratamiento de pilas, y se tiene previsto llevar adelante una campaña el próximo año, centrada en la gestión de pilas. El propósito es recopilar información precisa acerca de las cantidades de pilas que se manejan.
A futuro, la Gobernación tiene planeado trabajar con los municipios del área metropolitana. “Se contempla enviar una solicitud proponiendo la creación de un área determinada para el manejo adecuado de las pilas, permitiendo así su confinamiento adecuado”, dijo Zapana.
Las personas informadas del riesgo que conlleva botar a la basura este tipo de residuos, buscan campañas o espacios para deshacerse de ellas.
En septiembre de 2022, el protagonismo de una campaña masiva más reciente recayó en La Paz Bus. Mediante afiches en redes sociales, convocaron a la ciudadanía a depositar sus pilas y baterías en desuso en los autobuses PumaKatari y ChikiTiti. Sin embargo, la municipalidad nunca brindó información sobre la gestión de este material recolectado, la cantidad acumulada o su destino posterior.
Otra iniciativa de recolección de pilas se realizó este domingo 13 de agosto en la Feria de Mil Colores. El stand de la Plataforma Boliviana de Acción Frente al Cambio Climático (PBAFCC) recibió pilas en una botella de cinco litros. Una de las encargadas del proyecto «Apilate» y voluntaria de esta plataforma, Olivia Guillen, informó a La Nube que se recolectó la mitad de una botella, misma que se la llevó a su domicilio. “Sobre todo les pedimos que acopien en sus casas y les informamos que una pila puede contaminar un montón”.
Hasta que no se encuentre una empresa que gestione pilas, el municipio de La Paz recibirá este material para almacenarlo en la planta de clasificación de residuos donde actualmente cuentan con alrededor de ocho toneladas de pilas sin ser enterradas.
“No se trata de una campaña en la que solicitamos entregas constantes. Nosotros vamos a aceptar este residuo, para almacenarlo adecuadamente. Pero como Gobierno Municipal vamos a llegar a decir, ‘hasta aquí’. Por eso enfatizamos la importancia de evitar campañas agresivas relacionadas con pilas. Sí las vamos a recibir, pero no queremos que se convierta en una campaña masiva”, recalcó la autoridad municipal.
Ante esta solución provisional, es imperativo que las autoridades establezcan políticas de incentivos para empresarios que opten por trabajar con este material, al tiempo que se requiere la formulación de regulaciones sobre la importación de pilas, incluyendo tanto las desechables como las recargables.
A pesar de que las pilas recargables tienen mayor durabilidad, no son de uso infinito, por lo que todos los entrevistados coincidieron en que lo primordial es cambiar nuestros hábitos de consumo: rechazar y reducir en la medida de nuestras posibilidades.