Lea lo que queremos, piense lo que “guste”

Del 01 al 30 de abril sucedieron en todo el mundo un sinfín de noticias llamativas que han construido el escenario y el tema central de conversación de la mayor parte de las reuniones sociales. Es inevitable prestar atención a la tensa situación que se vive entre Rusia y Ucrania, sin embargo, ¿qué tanta cobertura le brinda la prensa a los ataques israelíes contra Palestina? Sudáfrica sufre la inundación más catastrófica de su historia y los diarios le dedican apenas tres notas de prensa a los más de 450 fallecidos; mientras que, a diario, siguen con morbo cada detalle acerca del divorcio de dos super estrellas de Hollywood. Como bien lo decía Cohen (2018) “La prensa no tiene mucho éxito en decir a la gente que tiene que pensar, pero sí lo tiene en decir a sus lectores sobre que tienen que pensar”.

Hace más de 2 mil años, en el Imperio Romano, el grandioso Coliseo abría sus puertas. “Pan y circo, para el pueblo”, gritaban los emperadores y sumían a los habitantes de Roma en una fiesta que podía durar días, espectáculo, morbo, animales exóticos, riquezas y excesos formaban parte del programa de distracción que se orquestaba para que las personas olvidaran por un buen tiempo cualquier tema urgente que pudiese afectar a los gobernantes del imperio.

Mucho tiempo ha transcurrido desde entonces y parece ser que nada ha cambiado, más aún, el poder de la distracción se ha ido perfeccionando con el tiempo. Los medios de comunicación, tanto los tradicionales como las redes sociales, responden hoy a intereses que se alejan de los principios básicos del periodismo, como son la objetividad y la información oportuna. Solo basta ver algunos ejemplos para darnos cuenta de ello.

Al cumplirse más de un mes del inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania, la cantidad de noticias que inundan a diario los periódicos, radios y televisión es incontable. Desafortunadamente, este conflicto que podría alcanzar rápidamente una escala mundial, se ha convertido en el tema central de las preocupaciones, no obstante, el mundo sigue girando y los eventos no dejan de suceder, ¿qué tanta cobertura se les da a otros acontecimientos?, la mejor respuesta en este caso sería un rotundo “depende”.

Parece ser, entonces, que los medios de comunicación, deciden el espacio que deben otorgar a una noticia en base a dos preguntas: ¿la nueva noticia, incluye elementos con morbo (muertes, traición, desnudos, accidentes)? Ante una negativa, se brindará con suerte una nota superficial que no será nunca más abordada. Si la respuesta es “Si”, viene la siguiente pregunta ¿involucra a personajes conocidos? ¿No? Pues entonces, se podrá brindar una o máximo dos notas más aclaratorias. Suficiente. ¿La respuesta es sí? ¡Bingo! Tenemos una semana de noticias “importantes”.

El 13 de abril, Sudáfrica sufrió una catástrofe histórica debido a las inundaciones acontecidas en el país que dejaron un saldo de más de 450 muertos. La prensa internacional y sobre todo la boliviana, cubrió esta noticia de manera superficial, dejándola de un momento al otro suspendida en el aire, no obstante, pocos días después, en el otro lado del mundo, Johnny Deep y Amber Head iniciaban una furiosa batalla legal, la cual además de generar diversas notas de prensa sobre el caso, el perfil de los actores, su pasado, sus romances, etc., se transmite actualmente en vivo por una de las redes sociales más visitadas del mundo: YouTube. Una historia similar sucedió cuando Israel bombardeó, una vez más, Palestina. Aparentemente esta noticia y el posterior enfrentamiento entre palestinos y la policía de Israel no eran lo suficientemente importantes como para opacar el conflicto mediático entre Will Smith y Chris Rock.

Innegablemente la polarización ha llegado a los medios de comunicación y no podemos hablar de imparcialidad cuando las empresas que difunden las noticias se pintan del color de sus propietarios. Sucede con nuestros diarios nacionales y a grandes escalas con los hombres poderosos que controlan las redes sociales. No, no nos están diciendo que pensar, pero si ponen ante nuestros ojos pan y circo para distraernos de los reales problemas que acontecen en el mundo. Callan lo que les conviene y agrandan lo que creen necesario. Hoy en día no me sorprende encontrar titulares alarmistas en los grandes diarios del mundo, lo que si me parece un escándalo es tener que pagar para acceder a una información más detallada, la cual, tengo seguridad estará también maquillada.

¿Qué nos queda entonces? ¿Dónde encontramos la verdad? ¿En manos de que político o empresario preferimos caer y creer en estos tiempos? O ¿será acaso más fácil sentarnos y simplemente observar?

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