
Íncubo
Me visitaste durante tu acostumbrada medianoche. El ego tuyo inundaba todo el dormitorio. Yo, descansaba en mi lecho.
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Me visitaste durante tu acostumbrada medianoche. El ego tuyo inundaba todo el dormitorio. Yo, descansaba en mi lecho.
Para Eugesio, es una corroboración de todos sus temores el hecho de caer en cuenta de la imposibilidad de comerse la idea del chairo
Si tan solo hubiera escuchado cuando Mercedes le advertía tener más cuidado con los muchachos que atraía, tal vez Ale no hubiera caído en la trampa del Gitano.