Por primera vez desde que se tiene registro, Bolivia pasó a ocupar el segundo lugar en pérdida de bosques a nivel mundial, de acuerdo a un reporte del Global Forest Watch.
“Por primera vez desde que llevamos registros, Bolivia se clasificó en segundo lugar, solo detrás de Brasil, en la pérdida de bosques tropicales primarios, superando a la República Democrática del Congo”, señala el documento.
De hecho lo que ocurrió con Bolivia en 2024 fue dramático: la pérdida de bosques primarios en Bolivia se disparó en un 200% ese año, totalizando 1,5 millones de hectáreas.

Más de la mitad de la pérdida se debió a incendios, a menudo iniciados para limpiar tierras para soya, ganado y caña de azúcar. El fuego no encontró frendo debido a la marcada sequía.
Las políticas gubernamentales restaron prioridad a la prevención de incendios y “apoyaron la expansión de los negocios agropecuarios” que contribuyeron a la quema de bosques, señala el análisis.
El investigador boliviano y periodista de datos de la revista Nómadas, Stasiek Czaplicki Cabezas, dijo a La Nube que al menos tres causas explican este incremento en la pérdida de bosques en el país: la expansión de la agroindustria, un Estado débil incapaz de hacer cumplir la ley, y una legislación permisiva que fomenta la conversión de la tierra forestal para uso agropecuario u otras actividades económicas.
“Necesitamos sistemas de respuesta ante incendios más sólidos y un alejamiento de las políticas que fomentan la deforestación peligrosa, o este patrón de destrucción solo empeorará”, acotó.

En el mundo
La pérdida de bosques globales se disparó a máximos históricos en 2024, impulsada por un aumento catastrófico de incendios. Sólo la pérdida de bosques tropicales primarios alcanzó los 6,7 millones de hectáreas, casi el doble que en 2023 y un área casi del tamaño de Panamá, a un ritmo de 18 campos de fútbol por minuto.
A pesar de algunos desarrollos positivos, particularmente en el sudeste asiático, la tendencia general se dirige hacia una dirección preocupante. Más de 140 países se comprometieron a detener la pérdida de bosques para 2030 bajo la Declaración de los Líderes de Glasgow. De los 20 países con la mayor superficie de bosques primarios, 17 registran hoy una pérdida mayor de estos bosques que cuando se firmó el acuerdo.