En los diversos encuentros, eventos y entrevistas que han protagonizado los candidatos a la Presidencia, hemos escuchado algunos esbozos de sus planes de gobierno. Sin embargo, con pesar constatamos que el Turismo, una verdadera alternativa económica y social para el país, continúa siendo relegado en muchas de sus agendas. En contraposición, seguimos con la narrativa centrada en las mismas actividades extractivistas que venimos desarrollando desde hace décadas, sin que estas hayan logrado transformar estructuralmente la realidad del país. Por el contrario, su actual intensificación está causando daños irreversibles en diversas regiones del territorio nacional.

Desde la Mesa Ejecutiva de Turismo de La Paz (MET), hemos tenido la oportunidad de reunirnos con algunos de los candidatos, a quienes presentamos una propuesta sólida, construida colectivamente con distintos actores del sector. Esta propuesta está respaldada por datos y cifras reales, y resalta el enorme potencial que tiene Bolivia para consolidar el turismo como un motor económico. En un momento en que nuestra gastronomía y biodiversidad están captando atención mundial, tenemos la oportunidad de convertir esta visibilidad en oportunidades concretas.
Lamentablemente, hasta la fecha, solo uno de los candidatos ha incorporado al turismo como un eje central en su plan de gobierno, reconociéndolo como un sector capaz de generar empleo e ingresos de manera pronta, con cambios estructurales alcanzables y con un impacto significativo. De hecho, las estimaciones proyectadas en ingresos son $us. 3.000 millones de dólares, una cifra superior a la actual renta del gas, con la diferencia fundamental de que estos recursos se quedarían en el país y mejorarían directamente la vida de los actores directos e indirectos de la cadena productiva que es el Turismo.
La pregunta entonces es inevitable: ¿Qué futuro proponen los candidatos para la juventud boliviana? ¿Qué oportunidades reales están ofreciendo? Porque cuando escuchamos una y otra vez las mismas promesas centradas en el litio, minería y gas, sentimos que nos están hablando de una realidad lejana, inaccesible para la mayoría. Hoy las fuentes laborales son escasas, las oportunidades casi inexistentes, y sabemos que los millones del litio no resolverán nuestras necesidades más urgentes como sociedad.
Hace unos días, una periodista afirmaba que los tiempos han cambiado y que los partidos tradicionales se han quedado pequeños frente a las demandas actuales. Yo añadiría que lo mismo ha ocurrido con sus propuestas: son fórmulas del pasado que ya no responden a la Bolivia de hoy.
Para cerrar, quiero parafrasear al destacado Carlos Hugo Molina: “Votaré por el candidato que se comprometa con el Turismo.” No deseamos ser un número más en sus encuestas de popularidad, sino una prioridad en la transformación real del país.