¿Estás con Covid-19? Cada caso requiere un tratamiento específico: lecciones aprendidas

¿Estás con Covid-19? Cada caso requiere un tratamiento específico: lecciones aprendidas

El año comenzó con un incremento inusual de contagios de Covid-19 en Bolivia, siendo Santa Cruz el departamento más afectado. Según el Ministerio de Salud, en la primera semana del año se registraron 457 casos y dos fallecimientos, correspondientes a un hombre de 80 años y una mujer de 96, ambos con enfermedades de base. Uno de ellos no había recibido ninguna dosis de la vacuna, según medios locales.

La ministra de Salud, María Reneé Castro, confirmó en una entrevista con Bolivia TV que las variantes predominantes en el país son Ómicron y JN.1. Además, instó a la población a acudir a los centros de vacunación. Ante este repunte, el Gobierno adquirió medio millón de vacunas para proteger a los grupos de mayor riesgo, incluyendo personas mayores de 60 años, mujeres embarazadas, personal de salud y quienes padecen enfermedades de base.

A pesar del inicio de las labores educativas, los contagios han mostrado una tendencia a la baja. En la Semana Epidemiológica N.º 4 se registraron 293 casos, una disminución significativa respecto a semanas anteriores. Sin embargo, la ministra Castro advirtió que no es momento de confiarse: “Hemos tenido dos semanas de reducción de casos. Aunque hubo un brote en Santa Cruz, la tendencia sigue a la baja”. Según el Reporte Epidemiológico, los casos confirmados se distribuyen así: 115 en Cochabamba, 68 en La Paz, 49 en Santa Cruz, 23 en Chuquisaca, 14 en Tarija, 10 en Oruro, 7 en Pando, 5 en Potosí y 2 en Beni.


El impacto de la llegada de Covid-19 en Bolivia

La llegada del Covid-19 en 2020 sacudió al mundo, y Bolivia no fue la excepción. Con un sistema de salud frágil y recursos limitados, los médicos enfrentaron la crisis con incertidumbre y protocolos en constante cambio. Antes de la declaración oficial de la pandemia, infectólogos bolivianos ya discutían la amenaza inminente. Durante un congreso tras el carnaval de 2020, expertos de Bolivia, Brasil, Paraguay y Argentina intercambiaron información sobre el virus. «Nos reunimos para analizar la situación y, al final del congreso, el Ministerio de Salud nos pidió un protocolo de tratamiento», recordó el Dr. Dennis López Vaca, especialista en enfermedades infecciosas tropicales.

Inicialmente, las recomendaciones eran informales, pero pronto se convirtieron en normas oficiales. Se propuso el uso de antivirales como la amantadina y la rimantadina, junto con antibióticos y antiinflamatorios, a pesar de la falta de evidencia científica. «Lo que sugerimos en una charla terminó como norma oficial», agregó López.

La improvisación fue constante. “Nos sentíamos impotentes. No había medidas claras”, recordó la Dra. María Fernanda Morales, traumatóloga que dejó de asistir su especialidad en el hospital ante la instrucción de atender pacientes con Covid-19. Cada hospital implementaba sus propios protocolos. «Cada médico tuvo que improvisar porque no había una estrategia definida», lamentó el Dr. Stephano Lorini, médico cirujano que atendió más de 900 casos.

El colapso hospitalario se volvió crítico. «Las terapias intensivas estaban saturadas y las clínicas privadas eran inaccesibles», mencionó el Dr. Óscar Oliden Gallegos, quien fue parte en esos años del Seguro de la Caja Petrolera en La Paz. La escasez de especialistas en terapia intensiva obligó a médicos generales a asumir roles para los que no estaban preparados. Con el tiempo, investigaciones internacionales demostraron que muchos tratamientos iniciales eran ineficaces. Se descartaron los antibióticos y antivirales, y se estableció un enfoque basado en tratamiento sintomático y antiinflamatorios. La aparición de la variante Ómicron en 2022 marcó un punto de inflexión, reduciendo la mortalidad y la severidad de los casos.


Lecciones aprendidas y desafíos futuros

La pandemia dejó valiosas lecciones. Según la Organización Mundial de la Salud, los protocolos de atención deben ajustarse a las enfermedades de base de cada paciente, como diabetes, hipertensión u obesidad, para reducir complicaciones graves. Desde marzo de 2020, Bolivia adaptó continuamente sus protocolos. Inicialmente se basaron en tratamientos experimentales, pero en junio de 2021 se publicaron lineamientos oficiales que establecieron una atención estructurada, clasificando los casos en leves, moderados, graves y críticos.

Clasificación de casos y tratamientos recomendados:

Synoptic Table Planning Whiteboard de Lorena Rojas Paz.

Problem Statement Team Whiteboard in Colorful Style de Lorena Rojas Paz.

A pesar de que no existe información actualizada sobre nuevos protocolos, los expertos recomiendan fortalecer la vigilancia epidemiológica, mantener las recomendaciones de higiene y desinfección, así como el distanciamiento, además de la necesidad de capacitar al personal de salud en el manejo de emergencias futuras. Estas acciones son clave para minimizar el impacto de eventuales pandemias.

Aunque el Covid-19 ha pasado de ser una crisis a una enfermedad más dentro del panorama de salud pública, la vigilancia sigue siendo esencial. La gran pregunta es: ¿está Bolivia preparada para la próxima pandemia?

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