Bolivia tiene todo para ser una potencia minera a nivel mundial, de acuerdo con investigadores de Fundación Milenio. Sin embargo, para que se dé este escenario deben hacerse reformas a nivel normativo y de políticas públicas, principalmente; de lo contrario, el país podría quedar relegado en el mapa de la minería global, según Henry Oporto, Director de esa organización.
“No es descabellado pensar que Bolivia, a partir de la dotación de riqueza minera que tiene, pueda ser una potencia minera en un futuro. Y eso podría darse en la medida en que hagamos bien las cosas”, reflexionó Oporto este jueves 7 de noviembre en un desayuno con periodistas en La Paz.
Una de las ideas que maneja es que la minería del siglo XXI está cada vez más dominada por empresas y países enfocados en la creatividad y altos estándares de productividad y competitividad. En contrapartida, Bolivia enfrenta escenarios de inseguridad jurídica, sequía de inversiones, agotamiento de minas y ausencia de nuevos proyectos mineros, comentó Oporto a propósito también de la presentación del libro Hacia una minería sostenible, competitiva e inclusiva. Estrategia de desarrollo minero de Milenio.
Actualmente, más allá de las inversiones privadas —que según un dato de 2023 de Milenio ocupaban el 78% de las exportaciones del sector—, la minería boliviana está signada por el cooperativismo y las alianzas entre cooperativistas y capitales extranjeros, chinos principalmente, que se enmarcan en la informalidad en temas de empleo y otros aspectos. También se caracteriza por la extracción con afectación directa al medioambiente, ya sea en ríos de la Amazonía y plataformas aledañas a esos cuerpos de agua, o al patrimonio, como el caso del Cerro Rico de Potosí.
No obstante, el panorama mundial, según Oporto, ofrece ventajas y oportunidades como el mercado en expansión de la producción minera y la disponibilidad de capitales e inversiones para una exploración responsable. Sumado a ello, un punto a favor del país es la riqueza mineralógica de Bolivia y su tradición minera.
Al respecto, el investigador Jaime Villalobos comentó que a 2023 Bolivia tenía 31 de los 38 minerales críticos a nivel global. Es decir, aquellos que son clave para el funcionamiento de las industrias modernas y que son eje de las dinámicas económicas.
“Tenemos un potencial mineralógico realmente importante; no lo estamos aprovechando y, realmente, lo estamos destruyendo. Bolivia participa de la Cordillera de Los Andes, que es la provincia metalogénica más importante del planeta en cuanto a contenido de minerales”, enfatizó.
Sin embargo, si no existe un cambio de políticas públicas y una modificación a la Ley de Minería —en cuyo anteproyecto se está trabajando desde Fundación Milenio—, Oporto advirtió que Bolivia puede quedar definitivamente fuera del espectro mundial en ese tema. “Si hay un boom minero en el mundo podríamos perder la oportunidad de subirnos a ese tren”, finalizó.