El 18 de septiembre Bolivia dejó de enviar gas natural a Argentina, dando así fin a un ciclo de 18 años que le aportó al país alrededor de $us 19.000 millones. Esto representará un golpe a la economía nacional con la pérdida de millones de dólares, según varios analistas, como consecuencia de una «política estatista». Sin embargo, lo ocurrido parece tener sin cuidado a YPFB.
«No tiene ningún efecto, porque el mismo gas que vendíamos a Argentina se vende a distintos clientes en Brasil, a buenos precios», manifestó el presidente de la empresa estatal, Armin Dorgathen, según una nota de prensa.
«Por el contrario, tendríamos más beneficios, porque no solamente estamos exportando los volúmenes que tenemos, sino que también estaríamos pudiendo pasar el gas de Argentina a Brasil», añadió el funcionario en contacto con la prensa, a tiempo de señalar que el Estado argentino «necesita más que nosotros poder pasar el gas de Vaca Muerta a Brasil».
Sin embargo, el analista y exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, manifestó que «Dorgathen debería estar llorando igual que yo por la pérdida de un mercado al que se le tenía que enviar más de 20 millones de metros cúbicos día (m3d), y que se cierra por la falta de exploración en Bolivia». Con relación a la posibilidad de seguir enviando gas a Brasil, Ríos manifestó que la producción nacional va en caída libre, y mientras en 2014 se enviaba a Brasil 48 millones de m3d, hoy en día no se pasa de 14 millones. «Esto es el resultado de la política exploratoria del MAS».
A este paso, con una caída de 47% en la producción de gas, entre 2014 y 2024, se estima que para el 2030 Bolivia ya no podrá vender gas a Brasil, y después tendría que comenzar a importar para abastecer al mercado interno.
«Lo que dice Dorgathen es una pena», añadió Ríos, quien calificó la nacionalización de hidrocarburos como «un engaño» cuyas consecuencias pueden verse en la situación económica: escasez de dólares, aumento de la inflación, falta de combustibles, y déficit fiscal. «Esto es por tener un Estado empresario que no funciona, necesitamos de privados».
El analista en hidrocarburos de la Fundación Jubileo, Raúl Velásquez, recordó que a partir del 2022 YPFB debía enviar a la Argentina 27 millones de m3d, pero el volumen en realidad cayó a 4 millones, lo que se traduce en millones de dólares menos en un escenario con déficit fiscal y escasez de divisas.
¿En qué quedó la guerra del gas y la nacionalización?
Para Velásquez resulta interesante que ahora Argentina se abastezca de gas desde el puerto de Mejillones de Chile, un puerto que se suponía debía ser el punto de salida de hidrocarburos bolivianos hacia Estados Unidos y México con el proyecto de Pacific LNG, el que fue truncado con la «guerra del gas» que antecedió a la «nacionalización de los hidrocarburos».
«Se usó un falso nacionalismo y se perdió el acceso al mar para la exportación de gas boliviano por Chile, que era una enorme oportunidad para ganar mercados en el mundo», manifestó Velásquez, quien añadió que el alquiler de ductos para el transporte de gas argentino a Brasil no generará los mismo ingresos que la exportación del hidrocarburo.