La devastación que los incendios forestales están causando en Bolivia es desgarradora. Además de las hectáreas de bosques que se pierden, el impacto en la fauna es incalculable. Aunque el deseo de salvar animales está presente, la realidad es cruda: los bomberos no cuentan con los equipos necesarios para apagar el fuego y rescatar animales al mismo tiempo.
Actualmente, el trabajo de los bomberos se limita a tratar de controlar los incendios con mochilas de agua y un equipo insuficiente. Enfrentan incendios que se reactivan con facilidad, lo que hace que el foco esté en evitar que el fuego se propague más, dejando a un lado la posibilidad de rescatar fauna. Este es el trágico dilema: o se apaga el fuego, o se rescatan animales.
En lugares cercanos al Santuario de Fauna Inti Wara Yassi, se han encontrado animales calcinados: caimanes, armadillos, perezosos, monos, serpientes y hasta un jaguar. Muchos de ellos no pudieron ser salvados, y solo en zonas pequeñas se han hecho rastrillajes mínimos.
Esta situación es un reflejo de lo que ocurre en otras regiones del país, como San Matías y Concepción, donde el fuego sigue avanzando sin control, calcinando todo a su paso. La falta de una respuesta adecuada por parte de las autoridades, desde el gobierno hasta los municipios, es alarmante, dejando a la fauna indefensa.
Los esfuerzos de organizaciones como Inti Wara Yassi y Alas Chiquitanas entre otros ayudan a paliar la situación, pero el verdadero cambio requiere una acción estructural más profunda y el apoyo de toda la sociedad.