(Arte: John Howe – Un Ent se encuentra con dos hobbits en El Señor de los Anillos)
Ante los cambios políticos que se dan en el continente y el mundo, con una avanzada importante de negacionistas climáticos, toca pensar qué va a pasar con las luchas ambientales en Bolivia, que no se reducen a “bosques y animalitos” como le gusta apuntar a la gente cuyas luchas “son más importantes”.
Bolivia es un país internacionalmente conocido por ser Pachamama lover, aunque dentro del país nadie le cree al oficialismo con sus discursos contra “el mal desarrollo del norte global”. Del otro lado tenemos a una fuerza opositora de derecha que se ha servido de la organización colectiva en torno de la defensa del medio ambiente en un momento clave, aunque por sí misma durante mucho tiempo estuvo sin levantar sospechas porque estaba bien acomodada de socia del gobierno para los negocitos, que son grandes gracias a subvenciones y políticas favorables.
El pasado 10 de diciembre estuvo en la posesión del presidente de Argentina, Javier Milei, (quien piensa que el cambio climático y los derechos humanos son cosas del marxismo cultural), el exministro de Planificación y Desarrollo y luego de Economía de Jeanine Añez, Branco Marinkovic. En su cuenta de X, agradeció a la Fundación Libertad por haber hecho esto posible, y mostró una foto con el expresidente de Argentina, Mauricio Macri.
Recordemos que Macri endeudó a Argentina por 100 años con el FMI cuando él había recibido al país sin deuda, ese fue uno de los motivos por el cual es el primer presidente argentino en candidatear para la reelección y perder, y por lo que su partido salió en tercer lugar ya que era acusado de ser la casta. Sin embargo, Patricia Bullrich, la candidata de Macri es ahora ministra de Seguridad y Toto Caputo, el ministro de Economía que adquirió esa deuda ilegal, es el actual ministro de Milei. Pasaron de “la casta tiene miedo” a “la casta tiene empleo”.
Pero en fin, la Fundación Libertad está gestionando que un político importante de Bolivia vaya a la Argentina a empaparse de “libertad” y seguramente extienda esa fuerza hacia nuestro país, empezando por Santa Cruz, caldo de cultivo de la derecha conservadora, donde el paleo libertarismo que profesa Milei puede acomodarse muy bien.
Este escenario existe por el fracaso del progresismo en Bolivia. No es que la oposición sea fuerte, es que el oficialismo está destruido. Cualquiera podría proclamarse el nuevo líder del MAS mañana – tenga o no preparación, pero en realidad parece que el único que puede tener liderazgo en ese partido (y en el universo) es Evo Morales, y están ahí peleandose por quien es el rey de los humildes con Luis Arce Catacora, quien podrá tener más competencia profesional que Evo, pero que tiene el carisma de la última papa olvidada al fondo de la bolsa.
Cuando pasó el golpe de Estado, o fraude electoral, (lo que prefiera creer cada quién porque nunca vamos a convencer al otro de lo contrario), en Bolivia se había quemado 5 millones de hectáreas de bosques. La gente estaba enojada y se organizó para ayudar, pero a medida que se fueron acercando las elecciones, los políticos empezaron a salir a llorar por el medio ambiente.
Como a Evo no le había dado la gana de cumplir con el referendo que le prohibía candidatear y frente a horas de oscuridad en el resultado (viendo las elecciones argentinas, donde se terminó de votar a las 6 y a las 9 ya se sabía quién era el ganador) obviamente que a la población no le importó más el respeto de las normas y esa derecha que había estado apaciguada por muchos años, se levantó, se cohesionó y ante el vacío de poder cuando todo el gobierno huyó, no lo dudaron un segundo, sacrificaron a Jeanine Añez para que tome el poder, y biblia en mano entraron por “tres meses” como decía la norma, ah cierto, no importaban las normas.
En ese tiempo se logró levantar las causas que tenía Branko Marincovic, a quien tal vez recuerden por la oportunidad que se apropió de la laguna Corazón que era parte de una TCO guaraní, o por ser acusado por el caso terrorismo, motivo por el cual estuvo en Brasil mucho tiempo. Quizá fue por él que se popularizó lo de “croata” como adjetivo para acusar de “fachos” a los cruceños. También se lo recuerda por haber estado en los Panamá y Pandora Papers, una serie de documentos filtrados que revelan casos de evasión fiscal y lavado de dinero de las personas más ricas del continente.
Este personaje, empresario antes que político, muy ligado a la industria de las oleaginosas y la ganadería ahora está retozando con los políticos de extrema derecha seguro en un sueño porque le salpique algo de ese poder. Un poder que le puede convenir a su círculo social pues está toda la gente que le sirve para hacerse más rica – hacerse rico no es un problema, el problema es a costa de quién o qué. Uno de los socios de la Fundación Libertad es Cargill, una multinacional que se encarga de los negocios de compra y venta de soya entre otros. Empresa que fue apuntada como una de las responsables de los incendios de la Chiquitanía en 2019. Y no es que eso diga que fue culpa de la derecha, es que los negocios con el oficialismo de izquierda estaban hechos.
No hay que ser muy inteligentes para darnos cuenta cómo va a continuar la historia, en las dos opciones posibles el medio ambiente sale perdiendo. ¿Qué necesitamos hacer para crear una opción donde quemar medio país o envenenar todo con mercurio no sea una opción?
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