En comparación con noviembre de 2022, Epsas registró una disminución de los niveles de agua en los embalses de las represas Tuni y Milluni, las dos abastecen de agua a la red de suministro, además de los 66 pozos. El Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMAyA) ya habló de un racionamiento para fin de año.
Aleja Cuevas / La Brava
La última urbanización del distrito 4 de El Alto, Mercedario 8, frontera con el municipio de Laja, alberga a la escuela El Porvenir que inició sus actividades en 2022 con 32 estudiantes de nivel inicial y primario. Los niños estrenaron hace un mes su tanque de agua de 1200 litros del que se lavan las manos. Antes pedían el líquido a una vecina que no siempre les dotaba de agua potable y en otras, sus mamás les mandaban en botellas plásticas.
El llenado del tanque lo realiza la Alcaldía de El Alto, a través de una cisterna. La cantidad resulta insuficiente, ya que además se requiere para tareas adicionales como el baldeo del pozo ciego de la escuela y el riego de los árboles, que han sufrido debido a las altas temperaturas. Así lo explica Justo Silva, miembro del Consejo Educativo.
En Mercedario 8 no todos los vecinos cuentan con agua potable, aclara Silva. En su caso, cuando llegó a la urbanización, hace seis años, cavó un pozo para construir su casa al igual que muchos que llegaban a habitar el lugar. “Antes, el agua salía de dos o tres metros, ahora, se debe cavar más profundo, entre siete y ocho metros”.
El tanque de agua de la unidad educativa El Porvenir está reguardada en una pared de ladrillo: Foto: Aleja Cuevas.
Mercedario 8 es el resultado de la expansión acelerada de la mancha urbana del municipio alteño, pero este crecimiento no va de la mano de la oferta de agua.
Un registro de la alcaldía de El Alto devela que, en el caso del distrito 4, siete urbanizaciones no cuentan con agua potable, similar situación se da en las zonas alejadas de los distritos 1, 2, 5, 9, 10, 12,13 y 14.
El crecimiento veloz en su población es una de sus características de El Alto, que el pasado marzo cumplió 38 años, es considerada la ciudad más poblada del país, después de Santa Cruz de la Sierra. La población de este municipio se duplicó en 10 años, de 414.528 (censo 1992) a 848.452 habitantes (censo 2012).
El Alto se alimenta de 66 pozos y dos represas
El Alto se abaste de una fuente superficial de agua, las represas de Tuni y Milluni, y una fuente subterránea: el sistema de pozos de Tilata y San Felipe de Seque, mediante un sistema de bombeo.
Un estudiante del colegio El Carmen se lava las manos de la única pileta habilitada. Foto: Aleja Cuevas.
En una nota de noviembre de 2022, Epsas informó que, la Planta de Potabilización de El Alto que suministra el servicio de agua potable al 70% de la población procesa aguas provenientes de los embalses de Tuni y Milluni. El restante 30%, se abastece de más de 60 pozos de Tilata y San Felipe que captan aguas subterráneas.
Pero en una conferencia de prensa, del 13 de septiembre pasado, el viceministro de Recursos Hídrico, Eduardo Toromayo, dijo que se tiene 66 pozos en el municipio de El Alto.
“(Son) 54 pozos adicionales a las 12 que se tenía con anterioridad; nos permiten tener hasta fin de año 15 hectómetros adicionales de oferta, entonces, hablamos de una relación de 83% de aguas superficiales a 17% de aguas subterráneas”, aseguró.
Según el director de Saneamiento Básico, Recursos Hídricos y Control Ambiental de la Alcaldía de El Alto, Rolando Orellana, la relación de porcentajes puede variar. Él habla de 35% mediante pozos y 75% de las dos represas. “Si hay mayor demanda, se incrementa las horas de bombeo”, dice.
Los pozos abastecen, sobre todo, al área de influencia, a los distritos 3, 4 y 12, el resto de los distritos tiene agua mediante las dos represas, Tuni y Milluni, pero estos no solo alimentan a El Alto, sino a la ladera oeste de La Paz y a los municipios de Laja, Pucarani, Achocalla y Viacha.
Según Orellana la producción de agua tanto de pozos como de las dos represas está al límite. “Durante una época normal, llega a abastecer al límite, porque tenemos varios distritos, donde al mediodía ya no cuentan con el servicio, debido a las presiones del consumo a la demanda”, comenta.
Explica que, cuando incrementa la temperatura, sube el consumo y ese proceso hace que la presión de agua reduzca, entre las 11:00 y las 14:00, en algunos lugares y en los extremos de los distritos, prácticamente, no llega el líquido elemento.
“La demanda crece, la oferta se mantiene, eso hace que los extremos del área periurbana, prácticamente tengan problemas en las horas picos. Eso no quiere decir que hay un racionamiento de servicio, pero la demanda hace de que la presión disminuya y por ende no llega el agua hasta sus piletas”, precisa.
Esta disminución de presión no ocurre en invierno, no hay mayor demanda, las horas de bombeo en pozos se reducen.
Esta baja se registra en los distritos 8, 10 y 12, que se encuentran en la parte sur, colindante al municipio de Viacha y Laja. “Como funciona con gravedad, viene de la parte alta, la parte baja es donde se tiene estos efectos. No tengo la cantidad de zonas afectadas, pero están en todos los extremos de la red”, explica Orellana.
El pozo 3, de la línea de pozos de Epsas, ubicada en el distrito 14. Foto: Aleja Cuevas.
Cisternas llegan a zonas de la periferia alteña
Un estudio realizado por el actual secretario municipal de Agua, Saneamiento, Gestión Ambiental y Riesgos, Gabriel Pari, revela que solo cuatro de los 14 distritos de El Alto cuenta con una cobertura total de agua potable. Algunas zonas alejadas de los 10 distritos tienen piletas y pozos.
La investigación realizada por Pari, junto con estudiantes de las carreras de Ingeniería y Agronomía de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), fue de dos años (2021-2022). “Lo he validado con los subalcaldes, tenía la información en un 95%, por eso mostré a la población, pero hubo autoridades (municipales) que se molestaron por los datos”.
La razón principal de la falta de ese servicio es por la ausencia de la planimetría, lo cual es un requisito para que la Epsas realice las instalaciones.
Frente a esta situación, la alcaldía de El Alto, en diciembre de 2022, activó el Plan Pachamama que consiste en la dotación de agua mediante cisternas a las zonas de los distritos que lo requieran, a las comunidades para el consumo, sus cultivos y la provisión también llega a los centros educativos que no cuentan con el servicio.
“Tenemos un cronograma, disponemos nuestras cisternas (cuatro) y llevamos a los colegios”, dice Pari, pero apuna que no son suficientes. “Falta. Llevamos a los distritos 9, 10, 11 y 13, en esos lugares hay colegios, pero también llenamos a los tanques y turriles de las familias”.
El funcionario observa que en El Alto no existe una planificación urbanística y que las obras de drenaje pluvial están mal hechas. “Llegan del campo, construyen, dicen: ‘por acá es la calle’, no existe una planificación urbanística. En (la zona) río Seco, hay viviendas en medio de fábricas, entonces de ahí parte, esa una ciudad en crecimiento rápido”, resalta.
De acuerdo con Edwin Casas, secretario de Organización de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto, por ejemplo, el distrito 14, que se fundó en 2010 con 43 zonas, después de 13 años, suma 87 zonas, y estima que alcanzará a las 100.
“Hay urbanizaciones donde todavía toman agua de pozos, por ejemplo, en Bonanza, Manchas blancas, Simón Bolívar, son unas seis o siete que no tienen agua. Por tanto, estamos viendo que, mínimo, tienen que llegar las piletas públicas y eso estamos gestionando con el gerente de Epsas”, adelanta.
En el distrito 14 hay 24 unidades educativas, además de otros cinco que están en trámite de consolidación, son las de nueva creación, cinco, inicial y primaria, detalla Casas.
La Brava visitó Bajo Milluni, la última zona del distrito 14, el escenario de crecimiento de la mancha urbana es igual al distrito 4, y donde algunas familias se proveen de agua de los pozos.
“Aquí, no hay agua, estamos escasos, tampoco hay alcantarillado, en la escuela usamos pozo séptico y cada mes solicitamos a la alcaldía, pero no nos escucha”, reclama Basilio Pinto, de la junta escolar.
En Bajo Milluni está el colegio El Carmen, la regenta Gladys Aguilar muestra una pileta ubicada en el piso, de donde los 463 alumnos de primaria y secundaria usan el agua para lavarse las manos, pero, para abastecer el líquido, la conserje compró una manguera para facilitar el acceso al líquido para los niños.
“Habrá un poco de racionamiento”
En comparación con noviembre de 2022, Epsas registró una disminución de los niveles de agua en los embalses de las represas Tuni y Milluni, las dos abastecen de agua a la red de suministro, además de los 66 pozos.
Para el 10 de septiembre de 2023, la página oficial de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (Epsas) registró 12.632.037 metros cúbicos (m3) (51,26%) en el embalse de Tuni, menor a la del 3 de noviembre de 2022, cuando tenía 13.281.345 m3 (53,89%). En las mismas fechas, Milluni reportó 2.138.757 m3 (25,54%), mientras que este embalse en noviembre de 2022 tenía 3.208.689 m3 (38,31%).
Ante la presencia del Fenómeno de El Niño en Bolivia, que se caracteriza por lluvias intensas en la región del oriente y falta de precipitación en el occidente, el ministro de Medio Ambiente y Agua (MMAyA), Rubén Alejandro Méndez adelantó, el 13 de septiembre, de un posible racionamiento en el municipio de El Alto.
“En El Alto, sí habrá un poco de racionamiento de agua porque, la Laguna Milluni ha entrado en crisis, no ha llenado (…) Hay deficiencia, alta demanda insatisfecha. En El Alto va a faltar agua, no alarmantemente, todavía la curva no ha entrado a la parte de crisis, pero estamos preparándonos. En 2016 llegó la crisis del agua en la zona Sur (de la ciudad de La Paz), ahora ha llegado a la zona oeste (…)”, dijo Méndez en conferencia de prensa.
Añadió que, para paliar la escasez, se perforarán pozos en la zona de Tilata “con una serie de plantas de tratamiento modulares para solventar un poco la falta de agua en la represa de Milluni”.
Para paliar una posible escasez, la Alcaldía coadyuva en el Proyecto Multipropósito de Agua Potable y Riego, que tiene un avance de un 95%, y abastecerá a los municipios Batallas, Pucarani y El Alto. En su etapa inicial alimentará con 500 litros por segundo adicionales a los que se tiene.
“Pero hay que esperar que se recargue de agua para disponer del recurso, si se logra hasta diciembre, estamos hablando de que en 2024 se tendrá abastecimiento de agua, pero, si no llueve, tendremos que esperar hasta el 2025”, dice Orellana.
Sin embargo, informa que la nueva planta potabilizadora de aguas provenientes del Proyecto Multipropósito estará en el distrito 13. La tubería pasará por el distrito 14, una parte irá por los distritos 5, 7 y 4 y por último al 3, hasta el tanque de Pacajes, a lo largo del recorrido, habrá interconexiones que alimentará a las redes existentes.
Para Orellana, El Alto ingresó en una época de estiaje, por tanto, se tiene que empezar a tomar conciencia del uso racional del agua. Una de las primeras acciones, es el control y monitoreo de las actividades económicas que usan agua.
Además, alistan una campaña de sensibilización en los colegios, también desarrollarán un seminario para concientizar el cuidado del recurso hídrico y difundirán campañas a través de redes sociales.
Pero también aseguró que se pidió a Epsas, el Plan de Contingencia para la época de sequía para evitar el mismo escenario que en 2016.
La familia de Raky Quispe aún conserva el pozo que cavó hace 11 años, en la zona Rosa Linda, del distrito 14. Foto: Aleja Cuevas.
El secretario de Organización de la Fejuve considera que parte del racionamiento será necesario hablar con los presidentes de zona para ver las maneras de ahorrar el agua. “Si antes nos duchamos todos los días, ahora será dos veces a la semana, porque así podremos ahorrar el agua, de lo contrario, estamos ‘fregados’, no podremos llegar a fin de año y habrá racionamiento de agua en la ciudad de El Alto”, dice, preocupado.
Una de las vecinas de la zona Rosa Linda del distrito 14, Raky Quispe, sabe de la importancia del cuidado del agua, si bien a principios de este año le instalaron agua potable, guarda con mucho recelo el pozo que hace 11 años cavó junto a su esposo.
“Cuando llegué, hice el pozo, de un metro de profundidad, es limpio de eso consumía. No quiero hacer ‘perder’ porque de eso nomás lavamos nosotros. En lugares alejados se sufre de agua y alcantarillado, es lo que más se necesita, no importa si no tenemos gas, pero el agua es más importante”, dice Quispe.
Desde su vivienda, se observa al nevado Huayna Potosí, pero también se siente el intenso calor de mediodía. Según Quispe, hace 11 años, la montaña tenía un manto blanco, pero ahora ya no luce así. Es más, el agua de la vertiente que baja de esta y que corría cerca de su casa se secó hace dos años.
Este reportaje fue elaborado por La Brava para la Red de Medios de Investigación, conformado por La Nube, Guardiana, Acceso Investigativo y La Brava.