La comunidad indígena guaraní Verá Tupã’i, de Brasil, denunció que la hidroeléctrica ubicada en el municipio de Campo Mourão, que aún está en construcción, interrumpe el curso de los ríos y la forma de vida que llevan las más de 20 personas que viven en la zona. Temen por el futuro de su aldea.
La misma preocupación se vive en los quilombos, que son áreas de resistencia para las poblaciones negras, cuyos antepasados fueron esclavizados y que en la actualidad llevan una forma de vida ligada a la tierra, de acuerdo a la organización Climatetracker.
- La líder indígena Jaxy Rendy, señala que sus aguas y alimentos, principalmente las plantaciones de soya, están amenazados debido a la existencia de esta obra.
- Las regiones sur y sudeste concentran la mayor cantidad de usinas hidroeléctricas, siendo Paraná, donde se encuentra el río Mourão, el sexto estado con más centrales.
- “Nunca somos consultados”, dice Carla Gavão, quilombola de la comunidad João Surá, y agrega que las hidroeléctricas expulsaron a comunidades enteras de sus territorios, por lo que tuvieron que buscar otro lugar para vivir de manera precaria.
- Las comunidades del Valle de Ribeira, en la frontera entre los estados de São Paulo y Paraná, luchan desde hace décadas contra la instalación de represas.
- La geógrafa Maristela Mezzomo asegura que una hidroeléctrica, por más pequeña que sea causa “gran impacto ambiental”.