Qué será de ti, Marita Huanca, qué será de ti Habrá vuelto a soplar el frío viento tu blanco rostro, habrá hecho volar tu cabello. Bajo tus pies desnudos, la tierra es húmeda y negra y se hunde bajo tu peso de pluma, mientras danzas lanzando semillas en los surcos que aró tu padre bajo el sol. Que será de ti, Marita Huanca, que será de ti. Recordarás bajo las estrellas tus paseos por la ciudad, cuando las luces de los autos cegaban tus felinos ojos y renegabas para tus adentros. Cuando los perros, grandes como lobos te cuadraban en los jardines cuidados y en los sucios baldíos. Será que me recuerdas a mí, Marita Huanca, cruzando siempre el parque por la misma esquina, caminando hacia ti, besando tu blanca mejilla y diciendo, que será de mí, Marita Huanca, que será de mí, cuando tu te hayas ido.
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Lo que dejó Marita Huanca
