En medio de un escenario económico cada vez más incierto, marcado por la inflación, la escasez de alimentos y la fragilidad institucional, diversas organizaciones que conforman el Comité Municipal de Seguridad Alimentaria de La Paz (CMSA-LPZ) han hecho pública su preocupación por el rumbo que está tomando la seguridad alimentaria en Bolivia.
Esta semana, la plataforma difundió un pronunciamiento en el que señala que el modelo productivo actual —basado en la exportación de materias primas como la soya y la carne— prioriza la rentabilidad externa en detrimento del derecho a la alimentación de la población boliviana. La crisis, aseguran, no es coyuntural, sino estructural.

El documento enumera múltiples factores que, según el CMSA-LPZ, están minando la capacidad del país de garantizar una alimentación sana y suficiente: escasez de productos básicos, alza de precios, conflictos sociales en zonas productivas, desastres ambientales cada vez más frecuentes, y una débil institucionalidad para proteger los derechos más básicos.
Frente a este diagnóstico, el comité plantea 10 acciones clave que el Estado debería adoptar para frenar el deterioro del sistema alimentario y construir alternativas sostenibles y justas. Entre ellas destacan:
- Promover una canasta básica con productos saludables, locales y agroecológicos.
- Sustituir importaciones por producción nacional diversificada.
- Proteger la agricultura familiar como pilar de la seguridad alimentaria.
- Fomentar una nutrición menos dependiente de ultraprocesados.
- Asignar presupuesto para evitar incendios y proteger ecosistemas.
También hacen hincapié en el rol de la ciudadanía: la necesidad de informarse, exigir transparencia en torno a los impactos de la agroindustria y tomar decisiones de consumo conscientes, que favorezcan a las economías locales y protejan los recursos naturales.
Aunque el pronunciamiento parte de una plataforma específica, abre un debate necesario en un año electoral, donde el futuro alimentario y ambiental del país está también en juego. “Votar con conciencia, pero también vigilar lo que viene después”, es el mensaje con el que cierran su llamado.
🔍 ¿Qué implica repensar el modelo alimentario boliviano? ¿Qué rol tiene la ciudadanía? ¿Y el Estado?
El documento completo propone una hoja de ruta, pero también deja abierta la conversación para que otros sectores —productivos, técnicos y políticos— se sumen con propuestas y cuestionamientos.