Bolivia enfrenta su peor crisis ambiental, marcada por incendios récord, expansión agrícola y minería descontrolada, según expertos. Solo en 2024, más de 10,1 millones de hectáreas fueron arrasadas por incendios, afectando principalmente bosques en Beni y Santa Cruz.
La minería en la Amazonía incrementó la contaminación por mercurio, amenazando la salud de comunidades indígenas, mientras la deforestación por el agronegocio alcanzó niveles críticos. Ambientalistas advierten que estos impactos, junto con el cambio climático, comprometen peligrosamente la biodiversidad y la supervivencia de los pueblos indígenas.