El gobierno de Luis Arce declaró hoy «situación de desastre nacional» por los incendios que castigan el oriente boliviano desde hace más de tres meses; sin embargo, un día antes, aceptó que los interculturales de la región de Yucumo y Rurrenabaque (Beni) continúen con sus quemas.
La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, indicó que con el Decreto Supremo 5235 se gestionará cooperación internacional para atender el desastre y se formulará un plan de recuperación.
La decisión adoptada se da después de varias semanas en las que activistas y autoridades locales, además de líderes de oposición, pedían al Ejecutivo hacer la declaratoria, ya que las capacidades del Estado para enfrentar los incendios se vieron sobrepasadas. Al fin Arce lo hizo, aunque recibió críticas por la demora y porque sólo en Santa Cruz ya se contabilizan más de 7 millones de hectáreas quemadas, la «peor tragedia de su historia», según funcionarios locales.
No obstante, el domingo el ministro de Medio Ambiente y Agua, Alan Lisperguer, declaró a la prensa que se permitirá quemar a los campesinos interculturales de Rurrenabaque y Beni. Este permiso se da después de que los mismo bloquearan una de las principales carreteras al norte del país, exigiendo se anule la pausa ambiental declarada también por el Gobierno para frenar los incendios.
Lisperguer indicó que se aceptó una «pausa regionalizada», ya que las características ambientales y geográficas del país varían. Esto se hizo en beneficio de un sector aliado al partido gobernante MAS.
La senadora de oposición Cecilia Requena, observó la falta de coherencia de las políticas de Arce. «No pueden hacer declaratoria de desastre y al mismo tiempo estar prometiendo que van a aceptar quemas. El Gobierno tiene que tener coherencia en lo que está haciendo y nada de estas negociaciones y excepciones”, manifestó en declaraciones a Brújula Digital.