Ante la crisis climática, mujeres de Ampro promueven iniciativas para garantizar el acceso al agua en Entre Ríos, Tarija

Ante la crisis climática, mujeres de Ampro promueven iniciativas para garantizar el acceso al agua en Entre Ríos, Tarija

La Asociación de Mujeres de la Provincia O’Connor (Ampro) en el departamento de Tarija, hermana a más de mil mujeres de 46 comunidades campesinas e indígenas, con características geográficas, climáticas, culturales y de producción agrícola diferentes, pero con una problemática común: la dificultad de acceso al agua, agravada por el cambio climático. Estas mujeres trabajan incansablemente para asegurar que sus familias y huertos tengan acceso a este líquido, especialmente durante períodos de sequía o heladas a comunidades de Entre Ríos, del Chaco boliviano.

Por Jorge Salomón Zárate, Tarija

A medida que la crisis climática se intensifica y las lluvias se vuelven cada vez más impredecibles en el Chaco boliviano, las mujeres de la Asociación de Mujeres de la Provincia O’Connor (Ampro) asumieron la tarea de encontrar soluciones en Entre Ríos, municipio de Tarija. Con el fin de garantizar el acceso al agua, impulsan la construcción de tanques de almacenamiento y la creación de huertos familiares para mejorar el futuro de sus comunidades.

Flavia Alvarado, integrante de Ampro y corregidora de la comunidad de Timboy, expresa lo difícil que es vivir sin agua. “No hay para la familia”, exclama y explica que, al ser una zona seca, en época de verano se debe racionar el consumo de este líquido en las casas, la escuela y el centro de salud. Cuando no hay agua, dice, que incluso el lavar ropa es un desafío.

Esta zona seca o de chaco, donde está situada Timboy, tiene muchos problemas para el abastecimiento de agua dentro de la provincia O’Connor. De acuerdo con datos recopilados en el actual Plan de contingencia riesgos de sequía en el departamento de Tarija, el chaco boliviano tiene un patrón de recurrencia de sequía cada dos años, con una probabilidad entre el 26% y 50%, caracterizada por ausencia de precipitaciones pluviales por más de seis meses, entre junio y noviembre. Esta situación se ha agravado en los últimos tres años, durante los cuales el Gran Chaco ha experimentado una de las sequías más intensas de los últimos 80 años.

En este contexto, los desafíos climáticos para las comunidades de Entre Ríos no se limitan a mitigar los efectos de la sequía; también enfrentan otras consecuencias de los cambios en los fenómenos naturales, que repercuten en el acceso al agua.

Con la mirada serena y una mueca de tristeza, Flavia rememora el desborde de una quebrada el 20 de febrero de 2022, cuando, luego de intensas e inusuales lluvias, una mazamorra de barro, palos y rocas afectó a más de 500 familias, de 11 comunidades del territorio del pueblo guaraní Itika Guasu.

El aluvión cegó 10 vidas humanas y muchas familias quedaron sin viviendas ni cultivos. Además, se perdió el sistema de agua de Tomatirenda, que proveía a esa comunidad y a otras cuatro: Mocomocal, Ñaurenda, Saladito de Ñaurenda y Timboy.

“Hemos sufrido cerca de tres meses con la falta de agua. Nos traían en cisterna y nos colaboraban la alcaldía y gobernación con agua medida para nuestros hijos”, relata Alvarado.

A partir de esa emergencia, se construyó el tanque de agua de ferrocemento de 48 mil litros de capacidad, con la mano de obra de la comunidad y contrapartes de municipio y la organización no gubernamental Visión Mundial, en coordinación con Ampro. Se trató de una solución paliativa a la falta de agua en esta comunidad, explica Roberto Arellano, coordinador de Programas de Visión Mundial Tarija.

El agua que abastece este depósito viene de la comunidad vecina de Medio Cañón, que ‘presta’ el agua mientras se gestiona un proyecto propio ante el Gobierno Autónomo Municipal de Entre Ríos.

“Ahora ellos (de Medio Cañón) tienen problemas y se les corta el agua porque en la comunidad de Timboy somos muchísimos y muchas veces a Medio Cañón le falta la agüita (…) Antes llovía en octubre, pero ahora llueve entre enero y febrero, y eso nos afecta mucho», menciona la corregidora.

Timboy es una comunidad campesina, donde viven 200 familias, emplazada en el Territorio Comunitario de Origen (TCO) del pueblo guaraní Itika Guasu. El nombre de esta región en guaraní significa Río Grande, en referencia al río Pilcomayo, pero muchas comunidades que la integran están en zonas secas o con gran salinidad, sin acceso a agua para consumo humano.

Tomasa Valverde, Mburubicha de la comunidad guaraní de Itayuru, compuesta por 35 familias que comparten territorio con Timboy, explica que siguen esperando la construcción de un nuevo sistema de agua. Ella enfatiza que “no tener agua es no tener una vida mejor” y precisa que la quebrada que cruza por la comunidad es de agua salada, por lo que no cuentan con un sistema de riego ni agua para la crianza de animales.

“El cambio climático afecta mucho por el tema de la sequía y no tenemos buena cosecha y los animales sufren porque no hay el pastoreo y lo poco que uno va criando va muriendo de flacura”, resalta.

Testimonios de la escasez de agua en Timboy.

Ampro y la respuesta asociativa a la falta de agua

Ampro fue constituida legalmente en 2017 y viene trabajando en diversas problemáticas que afectan a las mujeres, como la prevención de la violencia contra la mujer. Entre sus áreas de acción y gestión de recursos ante fundaciones y organizaciones no gubernamentales está mejorar el acceso al agua en las comunidades, debido a que el impacto de la crisis climática modificó los patrones de lluvia, y la sequía es una amenaza constante.

Bernarda Benítez, presidenta de Ampro, explica que muchas comunidades dependen exclusivamente de las lluvias estacionales, lo que hace que la producción agrícola sea incierta. «Si no llueve, no hay cosecha, y nuestras familias sufren», afirma.

El liderazgo de Benítez en la organización es clave para impulsar la construcción de tanques de agua que permitan que las familias puedan contar con agua para consumo humano y riego.

Su trabajo comenzó en su comunidad de Rode Lajitas, donde creció sin acceso a agua y tenía que caminar por las laderas con bidones hasta los ‘pocitos’ o vertientes y desde allí acarrear agua hasta su casa. Pese a que en la comunidad no tiene fuentes de agua cercanas es una zona productiva de arveja, hortalizas, durazno y miel, pero solo en temporada de lluvia.

“Se ha ido avanzando y con mucho sacrificio y estrategias se ha logrado agua potable, a un principio con un pequeño estanque y después se ha conseguido que la comunidad de Potrero, nos pueda ceder una vertiente y de ahí se trae el agua”, explica Benítez.

El tanque de ferrocemento construido junto a Visión Mundial, Ampro y la misma comunidad en la parte más alta, tiene una capacidad de 40 mil litros y es una solución para el acceso al agua. Sin embargo, no es definitiva, ya que durante la temporada seca el caudal de la vertiente disminuye, lo que impide que haya este líquido disponible todos los días para el consumo.

Este depósito de agua es de hormigón armado con hierro e impermeabilizante y se construye con un diseño proporcionado por la Alcaldía de Entre Ríos. Tiene un costo de aproximadamente Bs 45 mil, cinco veces menor que los tanques trapezoidales que generalmente se utilizan en los sistemas de agua.

“En este tiempo ya se siente el calor y nos están dando agua día por medio, un día tenemos y otro no porque tenemos que compartir con San Diego Norte. Algunas familias tenemos un Tinaco (tanque pequeño de polietileno) en casa, otras no tienen donde almacenar agua y reciben en bidones para pasar el día”, explica Sonia Aparicio, corregidora de Rode Lajitas e integrante de Ampro.

Aparicio destaca que, las familias que tienen en sus casas tanques para la cosecha de agua de lluvia, pueden regar sus pequeños huertos de hortalizas y así garantizar su seguridad alimentaria.

A lo largo de los años, las mujeres organizadas de Entre Ríos asumieron posiciones de liderazgo en sus comunidades, gestionando proyectos hídricos y agrícolas en busca de fortalecer la seguridad alimentaria. En ese camino, han impulsado la creación de huertos familiares y comunales para lo cual la dotación de agua es un factor clave.

Otras alternativas a la escasez de agua

Justina Rueda, responsable de Administración de Ampro, vive en la comunidad de Moreta, colindante con el área urbana de Entre Ríos. En su huerta, las mujeres organizadas de Ampro construyeron de forma demostrativa un pequeño sistema de cosecha de agua lluvia (Scall) con una capacidad de 10 mil litros.

El sistema fue hecho con botellas PET de tres litros, rellenadas de arena para utilizarlas como ladrillos ecológicos, con la visión de usar estos reservorios para regar huertos familiares y escolares. Esta tecnología novedosa para la zona aprovecha agua de lluvia para la producción hortícola, además fomenta el reciclaje de botellas que fueron recolectadas a cambio de plantas.

Este tipo de sistema se aplica en zonas secas o donde no existen sistemas de riego, como Filadelfia, donde Ampro construyó un reservorio para regar la huerta escolar. Esta comunidad guaraní también fue una de las afectadas por el aluvión de febrero de 2022.

Rueda asegura que una de las limitaciones de estos tanques es que por la forma de las botellas puede tener filtraciones y es necesario un mantenimiento que permita una mayor durabilidad.

“A partir de la experiencia de las mujeres de Ampro entendimos la importancia de cosechar agua de lluvia en este municipio”, dice Rosario Ricaldi, directora del Centro de Capacitación e Investigación de la mujer campesina de Tarija (CCIMCAT).

Esta organización no gubernamental ejecuta diversos proyectos con mujeres Tarija, entre ellos Scalls semienterrados en las unidades educativas de Salado Centro, Naranjos y Moreta. Actualmente, llevan adelante un proyecto similar en la comunidad de Timboy.

“Son sistemas de cosecha de agua de lluvia en base a placas de cemento con una capacidad de 16 mil litros de agua, son semienterrados con una profundidad de 1.2 metros y 60 centímetros en la superficie, se construyen las vigas y tapas del techo, recubiertos con alambre galvanizado y se construye en siete a ocho días, capacitando a la comunarios en su construcción”, afirma Wilber Mercado, técnico del CCIMCAT.

Maribel Olarte, presidenta de la organización de mujeres 26 de Julio en la comunidad de Canaletas, destaca que llevan 26 años organizadas. Ahora, como parte de Ampro, buscan aumentar su incidencia y acceder a más recursos a través de las autoridades municipales, instituciones y fundaciones. Construyeron un tanque de 25 mil litros para cosechar agua de lluvia para el invernadero escolar en obra, que permita a los estudiantes producir y consumir verduras orgánicas.

Desafíos y propuestas a futuro

Ampro sigue creciendo y, en la comunidad de Sereré Limal, es la institución ejecutora de recursos del fondo Mujeres del Sur. Junto al gobierno municipal y la comunidad, construirán un tanque de ferrocemento de 20 mil litros que reemplazará el tanque actual del sistema de agua, instalado en 2003, que ha cumplido su vida útil y ya no abastece a las casas de la zona alta de la comunidad.

Las mujeres organizadas de Ampro en diversas comunidades coinciden en que el éxito de sus proyectos se debe a su capacidad para organizarse y gestionar recursos de manera colectiva. “Unimos esfuerzo para hacer un trabajo muy valioso para las comunidades”, destaca Daisy Ortega, secretaria general de Sereré Limal.

La ausencia de proyectos hídricos sostenibles y el escaso apoyo gubernamental han llevado a las comunidades a depender de soluciones locales y la ayuda de organizaciones no gubernamentales. Sin embargo, Efraín Rivera, secretario de Desarrollo Productivo, Recursos Naturales y Medio Ambiente de la Gobernación de Tarija, afirma que, en coordinación con los alcaldes, con nueva maquinaria adquirida, trabajan para el aprovisionamiento de agua, con limpieza de pozos existentes y perforación de nuevos.

“Hay comunidades que no tienen agua ni siquiera para consumo humano, viendo esas necesidades planteamos a las fundaciones que se apoye con el agua, y además estamos trabajando para fortalecer a las organizaciones comunales”, revela Bernarda Benítez, presidenta de Ampro.

Voces de mujeres de AMPRO sobre las soluciones a la escasez de agua.

Desde el gobierno municipal de Entre Ríos, Eyber Méndez, director de agua, enfatiza que la problemática del agua para consumo humano es la más preocupante y admite que los fondos no son suficientes para la cobertura a todas las comunidades, empero detalla que en colaboración con Visión Mundial se construyó siete tanques y mejoró seis sistemas de agua potable en el municipio durante la gestión 2024

Frente a esta realidad Justina Rueda, responsable de administración de Ampro, destaca la importancia de continuar impulsando el acceso al agua y seguir trabajando por sus derechos y el futuro de sus comunidades. «Nuestro objetivo es que a ninguna mujer le falte el agua para su familia o su producción”, concluye.

Las labores de esta organización liderada por mujeres son un ejemplo de acción colectiva, liderazgo femenino y resiliencia, que generan soluciones reales e innovadoras para enfrentar la escasez de agua y la crisis climática en las comunidades rurales de Entre Ríos.

“Esta investigación fue realizada en el marco del Fondo de apoyo periodístico “Crisis climática 2024”, que impulsan la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático (PBFCC) y la Fundación Para el Periodismo (FPP)”.

Créditos:

Investigación: Jorge Salómon Zárate

Colaboración: Yobana Knaudt

Fotografía: Violeta Ramírez

Video: Violeta Ramírez

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