¿Quiénes están tras los datos con los que el Gobierno justifica la evaluación de nuevos transgénicos?

¿Quiénes están tras los datos con los que el Gobierno justifica la evaluación de nuevos transgénicos?

Una investigación de La Nube descubrió que el Gobierno no realiza sus propias investigaciones para saber los impactos de los transgénicos en el país, así que se vale de los estudios realizados por organizaciones o personas que están directamente ligadas a la importación de estos insumos a Bolivia.

Si bien no se debe cerrar las puertas a tecnología que puede ser beneficiosa, en un asunto tan delicado, es importante que existan observadores independientes que vigilen los impactos que ésta ocasiona en el medio ambiente, la economía, y la salud de las personas.

No deberíamos confiar ciegamente en aquello que nos plantean las partes interesadas, ya sean de uno o de otro lado.

Escucha el segundo y último podcast que @todosnube preparó sobre este tema.

Aquí también puedes escuchar el primer podcast que hicimos sobre los transgénicos:

Este es el guión del segundo podcast, por si quieres chequear las fuentes que utilizamos para realizarlo

Sergio: Bienvenidos a La Nube, este es un podcast de periodismo investigativo.

Hola que tal, soy Sergio Mendoza y esta es la segunda parte de un reportaje sobre un tema que una vez más volvió a ponerse de moda en el país.

Después de terminar el primer podcastsobre transgénicos hace un mes y medio, pasé varias semanas intentando hallar la respuesta a una pregunta que quedó inconclusa: ¿Existen datos concretos sobre los impactos de los transgénicos en Bolivia?

Después de golpear puertas, hacer llamadas, y revisar varios documentos, puedo decirles que encontré una respuesta.

Pareciera que los transgénicos son buenísimos para el país; pero les advierto, no me crean del todo.

El gran problema aquí es que los únicos estudios que tenemos a la mano para aseverar esto, son aquellos producidos por las organizaciones y las personas que importan los transgénicos a nuestro país.

El Estado, como siempre, incumpliendo su propia ley, no cuenta con estudios propios sobre el impacto de los transgénicos en el país. O por lo menos no los hizo públicos, pese a los constantes pedidos de información que hizo La Nube a varias instancias del Gobierno central.

En realidad, La Nube descubrió que el Gobierno justifica la decisión de evaluar nuevos transgénicos con base en los datos producidos por quienes están más interesados en introducir transgénicos a Bolivia.

Personas que trabajaron con Monsanto, que es uno de los principales productores de transgénicos a nivel mundial, y también organizaciones como la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO) proporcionan los datos que el Gobierno presenta a la población para asegurar que los transgénicos son buenos para el país.

Y no me malentiendan, puede que sí lo sean, pero para llegar a esta conclusión sería mucho mejor contar con voces independientes que hagan estas investigaciones.

No deberíamos confiar ciegamente en aquellos cuyo negocio se basa en la venta o adquisición de transgénicos.

Pero volvamos al principio.

Lo primero que hice fue hablar con quienes usan esta tecnología. Me contacté con Isidoro Barrientos, que es el ejecutivo de la Cámara Agropecuaria de Pequeños Productores del Oriente (CAPPO).

Sergio: Ahora sted me dice prácticamente que conviene incluso para la economía, producción, pero también para el medioambiente utilizar cultivos transgénicos en lugar de los tradicionales, que estarían siendo más beneficiosos.

Barrientos: Sí, en cuestión de monocultivo grandes conviene los genéticamente modificados. Pero para los cultivos tradicionales, como hortalizas, como cultivos de subsistencia en los valles y altiplanos, creo que no. Porque estamos hablando de que los monocultivos son extensiones grandes: soya, maíz, algodón, caña. En este caso está especialmente la soya.

Ahora la contaminación del medioambiente por qué es menor todavía. Yo al no mover los suelos estoy protegiendo mi suelo y que no se erosione muy rápido. Entonces con transgénicos estoy creando capas de protección del suelo y estoy abonando, estoy fertilizando y creando micronutrientes bastante.

Las aplicaciones de insecticidas es otro tema. En soya convencional mínimo voy a aplicar ocho veces; pero si yo siembro la soya transgénica, un ciclo corto o intermedio, voy a bajar de aplicación por lo menos unos cuatro o cinco veces, casi la mitad.

De que me sirve sembrar soya convencional, al mismo tiempo no hay resultado y al mismo tiempo estoy corriendo mucho más peligro y riesgo de perder. Y además el costo de producción es más caro, entonces estoy perdiendo en la parte de la productividad y en la parte económica. Me estoy ahogando, endeudando al usar agroquímicos y además me estoy intoxicando mucho más, y además estoy contaminando el medioambiente mucho más.

Sergio: Pues, estaba clarísimo: Los pequeños productores en el oriente testifican que los transgénicos mejoran la economía de los productores y que también son buenos para el medioambiente.

Sin embargo, yo andaba buscando datos concretos sobre estos testimonios.

Recordé que hace algunas semanas, mientras hablaba con una fuente para esta investigación, me pasaron un estudio publicado por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) que se refería precisamente a lo que yo andaba buscando.

El estudio fue publicado en julio de 2016. El documento señalaba que si se aplicaban dos nuevos tipos de eventos transgénicos que son la soyael maíztolerantes a herbicidas e insectos, que, por si acaso ambos son producidos por compañías como Monsanto y Syngenta, se mejoraría la producción, la economía, y hasta el medioambiente en el oriente del país.

Entre muchos otros beneficios que destacaba el estudio, había algunos que llamaron mi atención. El uso de soya y maíz transgénicos aumentarían las ganancias en millones de dólares debido a la reducción en el uso de agroquímicos y el aumento de la producción.

Habría una reducción de alrededor de 7.000 toneladas de dióxido de carbono al año, que equivale a retirar de las calles a unos 3.200 automóviles.

Se utilizaría 120 millones de litros menos de agua, lo cual equivale al consumo de 1.200 familias de occidente.

Habría un valor agregado de 15 millones de dólares extra por año en la agroindustria.

Además, se demandarían unos 10.200 camiones extra para transportar la carga, lo cual generaría unos 3 millones de dólares anual en el servicio de transporte.

El problema es que todos estos datos que son tan prometedores han sido promovidos por instituciones como ANAPO y el IBCE, que son entidades interesadas en adoptar los transgénicos para incrementar las ganancias.

Pero lo más llamativo es que el estudio en sí fue elaborado por un economista que trabajó directamente con compañías que producen estos transgénicos, es decir con Monsanto y Syngenta.

El economista Luigi Guanella estuvo los últimos 17 años inmerso en el agronegocio, según señala su propio perfil de Linkedin.

Entre 2003 y 2015, durante 12 años y precisamente en el periodo en que Bolivia se abrió al uso de transgénicos de soya, Guanella trabajó como director general de Agrocentro S.A., una compañía que se dedica a la importación y venta de transgénicos y de productos agroquímicos de gigantes como Monsanto y Syngenta.

Desde abril de 2019 es también gerente general de la empresa Peso Agropecuaria SRL, la cual se dedica a la comercialización de productos agrícolas.

Intenté saber si esta empresa también importa transgénicos. De una forma extraña la persona que me atendió el teléfono me dijo que no los importan, sino que los producen; pero después no quiso darme más información y… me dijo que me llamarían, que se contactarían conmigo.

No lo hicieron.

El 14 de mayo de este año, el director del Instituto Nacional de Información Agropecuaria y Forestal (INIAF), Marín Condori, dijo que la introducción de nuevos cultivos transgénicos aumentaría en 7% el PIB por la exportación de la soya, generaría además 300 mil nuevos empleos y 500 millones de dólares adicionales para Bolivia. Además de dar otros datos optimistas

Condori: Se generará 300 mil empleos directos e indirectos, 50 millones de dólares adicionales.

Próximo.

Fíjense estos beneficios medioambientales con esta tecnología, medioambientales. Como ejemplo con la soya u organismo genéticamente modificados hubo una reducción de 2.000 toneladas de agroquímicos. Se redujo en 7.000 toneladas las emisiones de dióxido de carbono que equivale a retirar de circular de las calles 3.200 automóviles por año. Ahorro de 120 millones de litros de agua iguales al consumo anual de 1.200 familias de occidente.

La agroindustria generaría cerca de 15 millones de dólares adicionales de valor agregado. Incremento en servicio de transporte, carga incremental correspondiente a más de 10.000 camiones, con un impacto de 3 millones de dólares de ingresos adicionales.

Sergio: ¿No les suena familiar? Son los mismos datos que saqué del estudio difundido por ANAPO y el IBCE, el cual fue elaborado por el economista que trabajó de cerca con Monsanto y Syngenta.

Sólo para estar seguro, le pedí al INIAF los estudios con los cuales hicieron estas proyecciones. A través de un mensaje de celular, el Departamento de Comunicación me dio una respuesta que me dejó confundido. El mensaje decía, se los leo:

“El INIAF nunca realizó estudios con relación al tema transgénicos. Dentro sus competencias desde la Dirección Nacional de Semillas, sólo certifica el ingreso de semilla de soya transgénica de acuerdo a normativa”.

Si el INIAF nunca realizó estudios con relación al tema transgénicos, ¿cómo es que su director aseguraba que con nuevos transgénicos habría 300 mil nuevos empleos y 50 millones de dólares extra para el país?

Si no habían sacado estos datos de sus propias proyecciones quizás lo hicieron de otras dependencias del Estado. Así que pregunté en los ministerios de Desarrollo Productivo, de Desarrollo Rural, y en el Ministerio de Medioambiente. Todos me dieron la misma respuesta: Era tan sólo competencia del INIAF hacer estos estudios.

De acuerdo a las leyes que revisé la responsabilidad caía en el Ministerio de Medioambiente y también en el INIAF, que depende del Ministerio de Desarrollo Rural; pero ninguna de estas instituciones cumplía con esta obligación.

Entonces, ¿de dónde salieron los datos expuestos por Condori?

Eran los mismos datos que aparecía en el estudio del economista Guanella, la persona ligada a la venta de transgénicos en Bolivia.

Intenté conversar directamente con el director del INIAF, pero me informaron que se encontraba delicado de salud. Me pidieron que enviara un cuestionario. Lo hice, pero hasta la publicación de esta historia, no hubo una respuesta.

Al parecer, el Estado boliviano, sin la capacidad o voluntad de producir sus propios estudios sobre los impactos de los transgénicos en Bolivia, y para venderle el charque a los bolivianos de que los transgénicos nos convienen, leyó al pie de la letra los informes elaborados por personas directamente interesadas en la aprobación de esta tecnología.

El gerente general de ANAPO, Jaime Hernández, me confirmó que los datos expuestos por el gobierno habían sido producidos por su organización.

Sergio: ¿Y de dónde sale este dato de 300 mil empleos?, ¿es otro estudio u otra proyección que hicieron desde ANAPO?

Hernández: Bueno, esa es otra proyección, pero eso era sobre la base de un crecimiento en fertilización, en OGMs digamos que permitiría mejorar la productividad.

Sergio: Pero eso también lo hizo ANAPO, esa proyección la hizo ANAPO.

Hernández: Y sí, fue una oportunidad que el ministro Arce Catacora nos pidió que se le presente una propuesta, cuando él era ministro de Economía, en esa oportunidad se hizo la presentación.

Sergio: Eso quería aclarar, porque me parecía raro que, si el INIAF me dijo que no hacían estudios propios, y encontré estos datos que no sabía de dónde habían sacado. Pero usted me aclara que fue de anteriores años que hizo ANAPO.

Hernández: No, no, no de anteriores años. Esto debe datar del año pasado cuando todavía estaba

Sergio: Del año pasado

Hernández: Cuando todavía estaba el ministro Arce Catacora, como ministro de Economía.

Sergio: También le pregunté qué opinaba sobre el hecho de que, aparentemente, el único estudio que existe sobre los impactos de los transgénicos en el país ha sido elaborado y promovido por personas interesadas en la adopción de esta tecnología.

HERNÁNDEZ: Y lo que se ha planteado como ANAPO no es algo que no se lo conozca. Son impactos que ha tenido esta tecnología en otros países y que hoy por hoy por ejemplo marcan la gran diferencia que hay en productividad, que tiene nuestro país comparado por ejemplo con países vecinos como Paraguay, Brasil, Argentina y Uruguay.

Evidentemente, como usted dice, somos parte interesada. ¿Pero quiénes mejor que los productores? Somos los productores quienes estamos más bien planteando alternativas al país para poder mejorar nuestra productividad. ¿Si no son los productores quienes plantean estos estudios y quién lo hará? Por supuesto el sector productivo en todo momento tiene que ayudarle al Gobierno a encontrar soluciones que nos ayuden a ser más productivos y competitivos.

Los ambientalistas por supuesto que no lo van a hacer. Son más aún parte interesada. Nosotros como sector productivo desde un punto de vista de generar alternativas, propuestas para ayudar a generar mayor producción, mayores excedentes, mayores fuentes de empleo, es que precisamente hacemos estos planteamientos.

Los transgénicos es una tecnología que al Estado no le va a costar un solo peso en términos de inversión. Es una tecnología de fácil adopción para los pequeños agricultores principalmente que son los que más se benefician. Entonces estamos haciendo más bien propuestas que desde todo punto de vista van a ser beneficiosas para el país.

Sergio: Le pregunté si conoce otros estudios similares o si este es único en su tipo. Y pues Hernández prácticamente me dijo que no hay otro estudio como el suyo.

Hernández: Sí, porque tampoco hay mucho que analizar, digamos, ¿no? La información es única, es más diría que hasta el estudio es un poco conservador con los impactos. Nosotros estimamos que los impactos van a ser mucho mayores a los que se refleja en el estudio. Pero es un estudio realizado por un profesional reconocido y cuyos datos están claramente ahí, que demuestran todo el impacto que se puede tener con el uso de estas tecnologías.

Sergio: Después de mucho buscar logré contactarme con el economista que elaboró este estudio. Luigi Guanella. Él me pidió que le mandara un cuestionario con mis preguntas. Así lo hice, pero no logré obtener sus respuestas.

Sergio: No me malentiendan. El estudio elaborado por Guanella y los datos de ANAPO pueden ser sólidos y representar la realidad y los beneficios que conllevaría la adopción de nuevos transgénicos en Bolivia.

No estoy cuestionando esa información. Sino el hecho de que el Gobierno justifique la adopción de nuevos transgénicos únicamente a partir de los datos elaborados por los mismos interesados en que esta tecnología se introduzca al país.

Anteriormente ya se observaron supuestos errores en datos presentados por ANAPO sobre la generación de empleos en los cultivos de soya (Página 259 del libro La otra frontera: Usos alternativos de recursos naturales en Bolivia, publicado por el PNUD en 2008).

Considero que es importante que las autoridades cumplan la ley, y que, en un asunto tan delicado, existan observadores independientes que vigilen los impactos de esta tecnología en el país.

No deberíamos confiar ciegamente en aquello que nos plantean las partes interesadas, ya sean de uno o de otro lado.


Conoce cómo el Gobierno evalúa las solicitudes para nuevos transgénicos en el país

Por Sergio Mendoza

A través de una petición de información, La Nube obtuvo los últimos “procedimientos abreviados” que el Gobierno usa para evaluar las solicitudes de ingreso de transgénicos al país.

Uno de ellos es el que se aprobó en abril de 2019 para revisar la introducción de soya transgénica (HB4 e Intacta) destinada a la producción de biodiesel. El otro procedimiento es el que salió el 7 de mayo de este año, para evaluar nuevos transgénicos en cinco cultivos diferentes.

Colgamos los documentos aquí para que puedas revisarlos si te interesa profundizar en este tema. Nosotros resaltamos algunos aspectos que llamaron nuestra atención:

– Bibliografía extranjera: En ambos procedimientos todas las referencias bibliográficas que se utilizan son del exterior; quizás esto devela la falta de investigación propia que hasta el momento se ha dado sobre organismos genéticamente modificados en el país.

– Confidencialidad: Todos los documentos que el solicitante de la evaluación del transgénico presente deberían ser públicos, a menos que éste pida y especifique su confidencialidad.

– Decisión: Se supone que ambos procedimientos abreviados permiten tomar la decisión de aceptar o rechazar la solicitud de introducir un determinado transgénico al país. Sin embargo, en el procedimiento de 2019 la opción del rechazo es más explícita, mientras que en el último procedimiento se resalta la opción de la aceptación por encima de la del rechazo.

– Revocatoria: De la misma manera, en el procedimiento de 2019 existe la posibilidad de revocar la decisión de aceptación si es que surgiera “nueva información científica-técnica que invalide las conclusiones” en las que se basaron dicha aceptación. Esta opción no está contemplada en el nuevo procedimiento del 2020.

Revisa aquí el procedimiento abreviado de abril de 2019 para la aprobación de dos tipos de eventos transgénicos de soya:Procedimiento abreviado 2019.pdfEdit descriptiondrive.google.com

Revisa aquí último procedimiento abreviado, mayo de 2020, para la evaluación de transgénicos en cinco cultivos distintos:Procedimiento abreviado 2020.pdfEdit descriptiondrive.google.com

El maíz transgénico vuelve a ser evaluado, aunque ya fue rechazado en 2005

El maíz transgénico es uno de los cultivos que, según el Decreto Supremo 4232, puede ser evaluado para su introducción al país. Sin embargo, en 2005 el Gobierno boliviano ya había descartado esta posibilidad a través de una resolución administrativa.

Un informe legal elaborado en noviembre de 2005 recomendó “rechazar la introducción del material genético solicitado por Dow Agro Sciences Bolivia S.A. en virtud a que Bolivia es centro de diversidad genética del maíz y en consideración a los altos riesgos para las variedades locales en el país”.

Con la Resolución Administrativa VRNMA 135/05, del 14 de noviembre de 2005, se resolvió: “Rechazar toda solicitud sobre introducción de maíz genéticamente modificado al territorio nacional para la realización de pruebas de campo, siembra, producción o liberación deliberada en el medioambiente”.

Aquí puedes ver la resolución administrativa que rechazó la introducción de maíz transgénico en 2005:Resolución administrativa 2005.pdfEdit descriptiondrive.google.com

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