La silenciosa e ilegal invasión al Madidi

Desde muy chango siempre admiré la naturaleza y sus habitantes, pero tuve particular interés en la región del norte de La Paz, por su exuberancia y por lo poco explorado que estaba. Con el tiempo, allí se reconocería el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Madidi (Decreto Supremo 24123 del 21/09/1995). Aún recuerdo que en la oficina de mi papá había un mapa antiguo del departamento de La Paz y mi imaginación me llevaba hasta allá como un explorador de película. Independiente en la época de la universidad, en cuanto se presentó la oportunidad me fui en busca del Madidi. En ese tiempo salió una nota muy interesante en la Revista National Geographic que catapultó esta área protegida y avivó mis ganas de estar allá.

Llegué a Rurrenabaque a finales de los 90 y casualmente me alojé en el Hotel de Don Tico Tudela, quien fue el balsero que permitió el rescate de Jossy Ginsberg (mochilero israelí que sobrevivió en el Madidi), escritor de la novela The Jungle; era como que todo conspiró para ir queriendo y apropiándome más del lugar.

Cada vacación judicial (en esos tiempos estudiaba Derecho y trabajaba a la vez), aprovechaba para huir del frío paceño y visitar el enigmático Madidi y sus alrededores. Rurrenabaque siempre fue el punto de partida, pero posteriormente también lo hice por el lado de Apolo (provincia Franz Tamayo), por la localidad de Asariamas. Con el tiempo, investigaciones que se fueron desarrollando en esta área protegida, y sobre todo los estudios y exploraciones realizadas por el proyecto Identidad Madidi, llegaron a confirmar que se trata del Área Protegida con mayor biodiversidad del planeta por metro cuadrado y, en consecuencia, yo lo defino como un santuario de la Madre Naturaleza que siento también como mi casa. Dentro del parque se desarrollan actividades como el ecoturismo, plantaciones de café, etc., pero estas actividades no generan un desequilibrio ambiental y permiten un buen vivir a sus pobladores que en su mayoría son tacanas, lecos, quechuas originarios y se habla mucho de los no contactados (los toromonas), pero que dieron señales de su presencia cuando una empresa China hizo exploraciones y detonaciones de dinamita en busca de petróleo por Alto Madidi y posteriormente informaron que fueron rodeados en su campamento y recibieron advertencias de unas flechas lanzadas (El Diario 15/11/2016).

Esta vez me toca hablar del PN AMNI Madidi, pero no exactamente de sus exuberancia o de las 34 especies descubiertas entre plantas y vertebrados por Identidad Madidi, ni de la amabilidad de los Uchopiamonas, ni del jaguar, ni de las teorías que apuntan al Paitití en sus entrañas; me toca escribir del cáncer que comienza a afectarle y que si no se toma acciones inmediatas, el gran Madidi será desahuciado.

El 19 de mayo de 2014, bajo la presidencia de Evo Morales Ayma se promulgó la Ley de Minería y Metalurgia Nro. 535, la misma que entre sus artículos más sobresalientes señala en el artículo 220 que “Los actores productivos mineros podrán realizar actividades mineras en áreas protegidas y forestales previo cumplimiento de la normativa ambiental y conexa específica, y cuando dichas actividades no afecten el cumplimiento de los objetivos de protección del área”, permitiendo de esta manera la explotación minera en las Áreas Protegidas previo cumplimiento de algunas formalidades ante la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera (AJAM) y la intervención del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP), a efectos de emitir los certificados  de compatibilidad de uso que básicamente da la viabilidad para la exploración y explotación. Ahora bien, ¿quiénes son los que buscan explotar el Madidi? Según la directora de la AJAM, hasta la fecha no se habría otorgado ningún permiso o derecho minero para su explotación, sin embargo no explica qué hace la  AJAM o el SERNAP para detener este avasallamiento, si entre sus atribuciones está, para el SERNAP, el fiscalizar las acciones que se desarrollan en las áreas protegidas (Decreto Supremo 25158, artículo 7 que establece las atribuciones del SERNAP) y el cumplimiento de la lucha contra la minería ilegal por parte de la AJAM, en aplicación a la ley 367 del 1 de mayo de 2013 que señala:“La explotación de recursos minerales sin contar con autorización o derecho otorgado es un delito sancionado con privación de libertad de 4 a 8 años”, lo que es materia suficiente para iniciar un juicio de responsabilidades a los Directores de estas instituciones, no en estos tiempos, sino en el futuro, ya que los delitos ambientales y los que permiten estos, son tipificados como imprescriptibles (art. 34 CPE) y por tanto no prescriben.

El 20 de agosto de 2021, las Senadoras Cecilia Requena y Silvia Salame presentaron al Tribunal Constitucional un recurso de inconstitucionalidad de las normas que vulneran nuestro derecho al Vivir Bien, a un medio ambiente sano, pero a la fecha el recurso ni siquiera ingresó a la etapa de admisión, pese a que la coyuntura y la norma procedimental debería presionar a que los magistrados se pronuncien al respecto. El artículo 220 de la Ley Minera da carta abierta para que las empresas y/o cooperativas mineras ingresen a explotar y depredar nuestro santuario natural y mundial. De acuerdo a estudios del Centro de Documentacion e Información de Bolivia (CEDIB) e información de los lugareños, estas empresas son las mismas que devastaron Guanay, Mapiri, el Río Kaka, Río Yuyo y que hoy ingresaron a Madidi bajo promesas de mejores días a los pobladores y en otros casos bajo presión de los nuevos habitantes llamados interculturales. También, según dicho estudio del CEDIB, detrás de estas empresas y cooperativas mineras se encuentran camuflados capitales chinos, colombianos… Entonces, ¿de qué progreso hablamos para el país, si lo que percibe el país es un porcentaje mínimo en comparación a los millones que se van del país sin beneficio alguno sobre todo a los originarios del Madidi y solo dejan contaminación, depredación, caza de animales exóticos, aprovechamiento de los madereros, un malestar social (porque el oro solo trae prostitución, alcoholismo) y destruye los modos de vida de los habitantes ancestrales del lugar?

Muchas agrupaciones y colectivos se van pronunciando y denuncian al pueblo del peligro que implica la explotación del Madidi y, por tanto, se hace urgente que los encargados de administrar justicia y lo servidores públicos y ejecutivos de la AJAM y el SERNAP, Ministerio del Medio Ambiente y Aguas tomen cartas en el asunto y cumplan con el mandato constitucional y pensemos en una Bolivia a futuro, proyectando políticas en provecho de todos los bolivianos y no de un pequeño grupo que se enriquece y que ahonda más la brecha entre ricos y pobres en Bolivia. Pensemos en las problemáticas ambientales a futuro y en las cualidades que goza nuestro país respecto al agua, humedales, etc., por qué no fortalecer el turismo ecológico, si se ha demostrado que puede dar mayor productividad al país y a la región, así como se lo hace en Costa Rica y otros países. El cambiar los paradigmas y despertar conciencia es también trabajo de cada uno. Solo los invito a conocer su país y en especial el Madidi y les aseguro que serán parte de su solución y conservación.

Estas vacaciones judiciales iré a visitar mi santuario personal con la misma nostalgia, amor y alegría que me despierta, pero también con la firmeza de seguir este camino de defender a la madre naturaleza y sus seres, de cambiar paradigmas y lograr mejores días, un Buen Vivir entre todos los que cohabitamos este hermoso país.

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