La revolución del podcast

Cuando escuché por primera vez la palabra podcast hace algunos años, no sabía a qué se refería exactamente y, sin embargo, me pareció una combinación de sonidos lingüísticos bastante interesante. Quién pensaría que en estos días esa palabra sería una de las más utilizadas y se registraría en nuestro oído de forma tan común.

El podcast, procedente de la contracción iPod (línea de reproductores de audio digital portátil) y cast (que se traduce al español como emisión), es una serie episódica de archivos de audio o vídeo que un usuario puede descargar a un dispositivo personal o escuchar en línea, y, que combina temáticas que van desde la investigación científica hasta charlas sobre la cotidianidad.

Sobre su aparición, se podría decir que el término fue acuñado por primera vez en 2004 por Ben Hammersley. periodista del diario inglés The Guardian. Sin embargo, en la época de los noventa, medios de comunicación como Canal Sur Radio, iniciaron transmisiones en streaming con programas en directo y contenidos grabados; posteriormente, en la misma generación, el sitio web CanalTrans.com transmitió sus podcasts, convirtiéndose éstos en los primeros de la historia en ser parte del escenario de la comunicación atemporal.

Pero… ¿por qué después de tanto tiempo el podcast se ha convertido en un fenómeno mundial? A diferencia del contexto anglosajón, en América tan sólo hace unos años se ha manejado el término podcast como una herramienta de comunicación innovadora en busca de su mejor nicho, pero a raíz de la pandemia del Coronavirus y las brechas comunicacionales generadas, lo que ameritaba una mayor conexión de los individuos a partir de nuevas tecnologías, el podcast ha llegado a asumir el rol de narrador de la realidad, desde un mundo hipertextualizado, donde el creador así como el usuario y los demás internautas pueden comunicarse y entenderse de manera flexible.

Pero no sólo ello, la atemporalidad del podcast y su facilidad para transmitir un mensaje de manera universal, permite a los usuarios mantenerse conectados e informados diariamente sobre distintos temas. Según datos de Apple, en 2018, 550.000 podcast y 18.5 millones de episodios fueron reproducidos. Para 2020, 40% de la ´población española había escuchado los podcast cada mes, siendo el 60% de usuarios gente joven; mientras que en Estados Unidos, 25% de los americanos hispanohablantes escucharon las emisiones cada mes. Si se habla de manera general, ya en 2021, en el mundo están disponibles alrededor de 1.800.000 podcast activos con más de 45 millones de episodios. Chile, Argentina, Perú y México son los países que han tenido mayor crecimiento en este ámbito.

Otro análisis realizado por Deezer, indica que el consumo de episodios en estudiantes universitarios colombianos se da alrededor de 30 minutos a una hora, y esto, podría deberse a la facilidad que esta herramienta posee para la generación de contenido educativo, teniendo en cuenta que, además de audio, ofrece diversidad de recursos: enlaces, notas, biografías, transcripciones y foros de debate.

Pero no sólo el sector educativo se encuentra inmerso en este contexto digital, el periodismo es uno de los principales ámbitos de impacto, pues la aparición del podcast ha permitido universalizar la información de manera atractiva. Los bajos costos de transmisión y retransmisión lo califican como un medio disruptivo, que, a diferencia de los medios convencionales como la radio, es adverso a los modelos de ingreso económico tradicionales.

Un podcast tiene la facultad de ser descargable y sus tiempos de consumo y reproducción diferentes. Al suscribirse, el usuario puede escuchar cualquier episodio del podcast en el momento en el que lo desee, además, tiene el control para detener, adelantar o saltar emisiones. Esto es lo que hace de este medio una oportunidad de conexión flexible y didáctica, lo que lo convierte en una de las representaciones culturales más distintivas de esta época.

Los elementos que convergen como la recuperación del audio y la voz como instrumentos sociales y las nuevas narrativas digitales han llevado a que el podcast ya no sea sólo una definición, sino, una revolución. Y, a consecuencia de su impacto, grandes corporaciones han invertido millones en la compra de plataformas, productoras y aplicaciones, tal es el caso de Spotify, Apple, Amazon, iHeartMedia, Podium, por citar algunos. ¿Y es que acaso debe sorprendernos que los mercados se coman entre sí cuando un producto cultural se convierte en un medio de explosión de masas? ¿Qué habría pasado si en los noventa estos monstruos industriales se daban cuenta de semejante oportunidad? ¿Somos nosotros los que creamos las revoluciones o es el mercado industrial el que nos invita a hacerlo?

En todo caso, es imposible negar el surgimiento de nuevos espacios de interconexión, y más bien, es necesario comprender las nuevas narrativas que se forman. Finalmente, siguiendo el postulado de Hammersley, ¡qué barato que es producir un programa en línea!

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