El VAR no es la solución, aún

Los errores arbitrales han sido una nefasta constante en el fútbol boliviano durante décadas, determinando, en muchas ocasiones, un injusto ganador en partidos que incluso han decidido campeonatos.

El mal arbitraje era un problema en las ligas más importantes del planeta, hasta que en el Mundial de Alemania 2016 se vivió un “gol fantasma” que fue el impulso final para la aparición de un instrumento tecnológico de gran valor para la historia del fútbol, el VAR (Video de Asistencia Arbitral, por sus siglas en inglés).   

A pesar de lo atractiva que suena la idea para ser implementada en el torneo local, el fútbol boliviano no está preparado para aprovechar las ventajas que brinda esta herramienta.

Los problemas que se presentan son varios, pero los principales son la infraestructura, la tecnología y el recurso humano; los dos primeros pueden ser subsanados rápidamente si se cuenta con el incentivo necesario, pero el tercero carece de una solución inmediata.

No se debe olvidar que por mucho que la tecnología haya avanzado es dirigida e interpretada por seres humanos, árbitros bolivianos que no están preparados para encarar el desafío.

Los dirigentes de los clubes más importantes del país son quienes más insisten en la implementación del VAR en Bolivia, la hinchada apoya la iniciativa y hasta la exige cuando el equipo de sus amores se ve afectado por estas decisiones arbitrales, sin embargo, los errores no desaparecerán hasta que los encargados de mediar en los partidos estén preparados para cumplir con su labor. Muchos de los árbitros no cuentan con la preparación suficiente para la interpretación de las normas actuales e incluso algunos otros carecen de la preparación física necesaria, quedando lejos de la jugada o posicionándose en lugares incorrectos.

El VAR es necesario en el fútbol boliviano, pero debe ser incorporado en la forma adecuada y en el momento correcto, si los errores constantes de los árbitros bolivianos nos obligan a vivir partidos con videoarbitraje sin la preparación requerida, el remedio será peor que la enfermedad. 

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