Bien rica eres, Bolivia

O Sabor con MMM de MUSEF, Miga y Master Chef Bolivia

Diversa, rica en sabores, colores, olores, texturas, temperaturas y vida. Así es nuestra cocina boliviana. Hace pocos días, Bolivia celebró 197 años de independencia y seguramente muchos de los hogares festejaron comiendo su plato típico favorito: un chicharroncito con su llajuita picante; un pique bien macho con sus papas, sus salsas y sus locotito; un picante mixto lleno de colores y sabores; un majadito con charque o patito, un silpancho con su huevito y su sarza; un pacumutu o una buena patasca y es que, existe tanta variedad, tanto color y tanto sabor en la cocina boliviana, que aunque el aniversario de nuestro país es un pretexto para disfrutarla, con seguridad cualquier otra fecha es un buen momento para degustarla.

Últimamente la comida es un tema que ha ingresado con fuego a la agenda mediática, aunque… no lo suficiente. Hace poco escuchaba hablar a una de las pocas (y más aguerrida, a mi parecer) periodistas gastronómicas, que le pone todo su anticucho a este asunto, la Marcela Araúz. Su blog, Visceral, cumplió 6 años al servicio de un periodismo poco valorado, pero altamente nutritivo para nuestras vidas, pues como menciona Marcela, en la comida se mezcla la cultura, las cocinas populares, la nutrición, salubridad, el cambio climático, la política y la historia. Una frase que me encantó que mencionaba ella fue “amamos la comida, respetemos la cocina”, la que además me da pie para tocar tres temitas que me impulsan a escribir hoy.

MUSEF, de mis sabores

¿Qué lugar puede ser más ideal para hablar sobre la comida que el Museo Nacional de Etnografía y Folklore – MUSEF? Un espacio donde se unen desde hace 36 años la academia con la vida misma en la Reunión Anual de Etnología (RAE) y este año no es la excepción, pues chefs, arqueólogos, cocineros, antropólogos, productores, comunicadores, gastrónomos, lingüistas, etc. se darán cita para hablar sobre el tema del año, Crianza Mutua y alimentación. Seis mesas temáticas, siete sub mesas, cinco ponencias magistrales con experiencias, performances y una serie de vivencias en torno a los alimentos y su relación diaria con el ser humano, serán abordadas en este encuentro que se llevará a cabo del 22 al 26 de agosto en la ciudad de La Paz. Más de 100 propuestas fueron presentadas para formar parte de este encuentro que tiene como eje principal discutir un tema principal que hace poco mencionaba su directora, Elvira Espejo, el cambio de paradigma al momento de entender esta relación continua y compleja, la cual se retroalimenta continuamente entre los animales, las plantas y el ser humano, pues en esta parte del mundo y según nuestras propias ontologías, la domesticación no existe y todo gira en torno a la crianza mutua entre estos elementos dentro de un ciclo armonioso de respeto, donde cada elemento, cada paso y cada involucrado son parte de este proceso.

Pero eso no es todo, ya que estos ricos debates y demostraciones que se darán cita en el MUSEF, no son lo único que estará presente, el 22 de agosto se inaugura la exposición Uyway-uywaña: Crianza mutua para la vida que ocupará tres de los espacios principales del museo con un despliegue que, basado en este concepto, cuenta historias de los Andes, los Valles y la Amazonía. A ello, se suma un catálogo (uno más de los ya varios que nos lleva regalando el MUSEF) que no solo atesora las piezas de la exposición, sino también exposiciones diversas y variadas como ingredientes de una buena comida boliviana. Como ingrediente final, el martes 23 el querido MUSEF cumple 60 años, ¿Qué motivo más quieres para celebrar?

MIGA, 10 años cocinando

Otro aniversario se cumple este año, el Movimiento de Integración Gastronómico Alimentario de Bolivia – MIGA, que inició sus acciones en 2012, celebra sus bodas de aluminio con la gastronomía boliviana. Un sueño que inició con el afán de transmitir a la población boliviana la importancia del patrimonio alimentario y que, al igual que lo menciona Arauz y lo pone en debate sobre la mesa el MUSEF, entiende que la cocina es una manifestación cultural viva que evoluciona y se enriquece día a día.

MIGA se ha posesionado durante estos años por sus constantes aportes, investigaciones y eventos, trabajando tanto en las tierras altas como en las bajas de nuestro país y promocionando alimentos maravillosos como son la quinua o más recientemente el asaí. Sus recursos pedagógicos y didácticos como los migáfonos o las ilustraciones de platos y alimentos típicos de las festividades que vienen de la mano de una de las ilustradoras que más disfruto, Adriana Paz, llegan por igual a grandes y chicos, haciéndonos pensar en lo grandiosa que es nuestra cocina boliviana.

MasterChef, por fin en Bolivia

Lo admito, soy una fanática del programa, desde sus inicios en Australia, con sus versiones por el mundo, con sus niños, sus celebridades, sus soñadores y sus abuelos. Este programa tiene la formula del éxito y aunque se lamenta mucho que no sea una idea típicamente boliviana, se agradece enormemente que un programa de tanta calidad, haya llegado finalmente a Bolivia. Master Chef es un fenómeno mundial, el 2021 con la adaptación en Tamil, la India, logró 500 ediciones en todo el mundo. En aquel momento, los productores anunciaron que según los datos 1.000 millón de personas han visto alguna de las adaptaciones hechas en 64 territorios, sumando un total impresionante de 10.000 capítulos hasta este momento. Un año después de este logro, Bolivia recibe el reto de encontrar al maestro cocinero que posea la habilidad, destreza y precisión necesaria para transportar con sus sabores y colores, la identidad de Bolivia a todo el mundo.

Con una pasión culposa he seguido este programa por muchos años, pensando siempre que una versión en Bolivia, sería una experiencia para todos los televidentes fuera de lo acostumbrado. Fue mucha la espera y el resultado hasta ahora es mejor de lo esperado. Creo que UNITEL por fin acertó con sus jurados, no puedo más que sentir simpatía por aquellos tres expertos tan educados, con comentarios tan profesionales y atinados. Para muchos la imagen de Anabel Angus sale sobrando, no obstante, me parece que cumple con el objetivo a cabalidad, brillando desde su espacio. Coral Ayoroa, se ha ido ganando el cariño no solo de los concursantes, sino también del público que la observa cada noche, firme, precisa y justa, forma el balance perfecto con el amable y cordial uruguayo Marcos Gonzales y el más serio, pero igual de agradable Marko Bonifaz. De los concursantes no puedo aún hablar (realmente quiero, pero no puedo) porque me extendería demasiado, pero quizás sea que estamos al inicio de concurso, quizás que están aún muy emocionados, quizás sea el hecho de que están viviendo un sueño que tardo tanto en llegar a estos espacios, que a rasgos generales, solo se pueden ver en cada uno de esos rostros, sueños dorados.

El concurso ha tenido hasta el momento casi todos los elementos que acostumbra Master Chef: nervios, emoción, llantos, risas, compañerismo, tiempos limitados y retos cada vez más esforzados, seguramente pronto llegarán las estrategias y los desencantos, pero mientras ese compañerismo que se vive al calor de esa cocina/escenario nutre el alma de quienes los observamos. Los retos han sido diversos, pero quiero detenerme en dos que me han dejado pensando. El reto de cocina boliviana que exigió hacer un silpancho y un pique macho, reveló algo que muchos ya sabíamos de antemano, y es que muchos espacios, lastimosamente también la cocina, han sido alienados ¿Cómo cocinar lo ajeno sino conocemos lo nuestro? ¿Cómo ser un Master Chef boliviano sin saber hacer un rico Pique Macho? El otro aspecto que me pareció interesante fue el reto de los recuerdos y el del sándwich de chivito que trajo el chef Marcos, ambos también demostraron algo y es que Bolivia abraza a todos los que llegan a su tierra y los acoge como hermanos. Ya sean los sabores del sancochado colombiano de Iliana que lleva en nuestro país más de 30 años, o los que trajo el uruguayo, la cocina se mostró cálida nuevamente, con propios y con extraños.

Una yapita clandestina

No puedo cerrar un texto que habla sobre gastronomía sin dedicarle un espacio a quien me hizo amar más aún la cocina y la comida boliviana. Este casero mayor con su sabor clandestino merece un capítulo especial que voy a reservarme por ahora. Aunque mucho ya se ha escrito de él y de su movimiento, de su irreverencia, de su propuesta, de sus menús y de sus increíbles trabajos, parece ser que nada puede pararlo. El Marco Quelca, sigue rompiendo e innovando y al igual que con todos los anteriormente nombrado, hace un esfuerzo excepcional en recordarnos de que estamos hechos como bolivianos. Con cada uno de sus platos nos cuenta una historia que a su vez es un grito, un sueño, un deseo o un reclamo. Ya sea en sus cenas, sus almuerzos, con sus carritos clandestinos, en sus exposiciones o en sus intervenciones en cualquier momento y en cualquier lado, este chef es un ejemplo de que cuando uno tiene sueños, siempre puede lograrlos.

Quiero dejar al cierre de esta nota algunos enlaces para que puedan degustar un poco de todo lo que he hablado, espero que este año tan rico y tan variado siga sacando el jugo a la mejor cocina del mundo, la nuestra, ¡claro!

El Blog de Marcela Araúz: https://marcearauz.blogspot.com

Museo Nacional de Etnografía y Folklore: www.musef.org.bo y https://www.facebook.com/musef.lapaz.bolivia  

MIGA: https://www.facebook.com/migaboliviaong

Master Chef Bolivia: https://unitel.bo/masterchef

Sabor Clandestino: https://www.facebook.com/Sabor-Clandestino-337274726662632

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